EFE).- Uruguay acude este año por trigésimo primera vez a la ITB de Berlín, la mayor feria turística del mundo, para promocionar sus atractivos turísticos, pero sobre todo para promover la calidad de vida del país como aporte al turismo.
En declaraciones a Efe, el viceministro de Turismo uruguayo, Benjamín Liberoff, subrayó que Uruguay es «proporcionalmente uno de los países más seguros del mundo».
«Eso es parte de la calidad de vida y lo que nosotros tratamos de ofrecerle a los turistas, junto con nuestras playas, junto con nuestro geoparque, con nuestros patrimonios culturales materiales e inmateriales, como puede ser el carnaval el tango, el candombe», señaló.
Uruguay recibió en 2016 aproximadamente 3.900.000 millones de visitantes, más que la población del país, que cuenta con 3,3 millones de habitantes.
«Somos un país pequeño en número de habitantes y territorio. Por lo tanto la vida cotidiana es muy de relacionamiento y nosotros aspiramos a que efectivamente quienes nos visitan vivan ese ambiente», agregó.
Los dos principales mercados para Uruguay son las vecinas Argentina y Brasil, con dos millones y 450.000 visitantes, respectivamente, en 2016.
Desde Europa atrajo a unos 170.000 turistas, de los cuales entre 40.000 y 45.000 eran españoles, y unos 100.000 procedían de Estados Unidos y Canadá.
Como país multidestino, el objetivo es lograr un aumento de los turistas «de larga distancia» de entre el 10 % y e 15 %, es decir, que los visitantes procedentes de Europa, América del Norte y Asia incluyan a Uruguay en su ruta en más ocasiones.
En este sentido, el Gobierno ha promovido en la región la Ruta Jesuítica, que incluye a Paraguay, Argentina, Bolivia y Brasil, y que supone una alternativa a los destinos tradicionales de Cuzco y Machu Picchu.
«Los gobiernos generamos plataformas donde el sector privado, en definitiva, tiene que comercializar los productos. Nos parece que es una nueva alternativa que estamos ofreciendo para conocer el patrimonio de América Latina», subrayó.
Junto a las playas, defendió otros atractivos propios como «el carnaval más largo del mundo», las actividades «vinculada al mundo gaucho», en Semana Santa, y decenas de ejemplos de Art déco, además de la gastronomía, con el asado y los vinos tannat como estrellas.
El secreto del gusto de la carne uruguaya, agregó «se fundamente en que el animal come caminando», pues cada cabeza de ganado cuenta con dos canchas de fútbol para comer, señaló a modo de curiosidad.
Otro campo en desarrollo es el crucerismo. Con más de 150 amarres en Montevideo y Punta del Este, el año pasado llegaron al país por esta vía entre 350.000 y 370.000 visitantes, de los cuales muchos vienen retornan luego como turistas.
Uruguay registró en los dos primeros meses del año una cifra récord de turistas, más de un millón de visitantes, lo que supone un 15 % más que en el mismo periodo del año pasado.
«Pero lo más importante es que están dejando dinero», indicó Liberoff, que precisó que el saldo de la balanza turística -el gasto que hacen los visitantes en el país menos lo que los uruguayos gastan en el exterior- es siempre positivo: el año pasado, de alrededor de 800 millones de dólares, con vistas a que este año mejore.
El sector del turismo, el más importante de la economía uruguaya, le reporta dos billones de dólares al año, frente a los 1,6 billones de dólares del cárnico o los 1,8 billones del grano.
Para ir a Uruguay, el turista «no necesita ni visa ni vacuna», subrayó Liberoff, quien recordó que el país está libre de dengue autóctono, fiebre amarilla, cólera y zika. EFE