La misión enviada por la OEA para facilitar el diálogo político en Haití pidió hoy que todos los actores respeten y participen en el proceso de formación de un Gobierno interino, al tiempo que instó a renovar el órgano electoral y reformar la Constitución para evitar una crisis aún más larga.
A petición del que fuera presidente de Haití hasta el domingo pasado, Michel Martelly, la Organización de Estados Americanos (OEA) desplegó una misión especial en el país entre el 31 de enero y el 6 de febrero, con el fin de dialogar con las partes y ayudar a encontrar una salida al estancamiento político del país.
El jefe de la misión, Roland Sanders, presentó hoy el informe final de la misma ante el Consejo Permanente del organismo, y consideró que el acuerdo político alcanzado la semana pasada entre el Ejecutivo y el Legislativo de Haití ha dado al país «un respiro de las turbulencias» que llevaba meses experimentando.
«Por eso, Haití y la comunidad internacional en su conjunto pueden estar agradecidos», afirmó Sanders, que es el representante permanente de Antigua y Barbuda ante la OEA y encabezó la misión en calidad de presidente de turno del Consejo Permanente.
El acuerdo alcanzado por Martelly justo antes de abandonar el poder establece que el Parlamento, convertido en Asamblea Nacional, debe elegir este domingo 14 de febrero a su sucesor de manera interina, quien deberá encabezar el proceso electoral y entregar el poder a un presidente legítimo en abril.
El éxito de ese proceso de transición en Haití «depende de que todos los actores, en especial los parlamentarios en ambas cámaras de la Asamblea Nacional, participen por completo en la elección de un presidente interino», subrayó Sanders.
«Este es un primer paso vital para asegurar la estabilidad en circunstancias excepcionales. En el interés de Haití, no debería haber vacilación, ni indecisión, ni titubeos», agregó.
Sanders pronunció esas palabras mientras sectores de la oposición en Haití seguían criticando el proceso que ejecuta la Asamblea Nacional para elegir un presidente interino, y miles de opositores protestaban en las calles contra ese mecanismo de transición.
El embajador antiguano aseguró que, en los próximos días y meses, Haití atravesará «un periodo de prueba» para regresar a la normalidad constitucional, y advirtió que la inestabilidad política «le está pasando factura» al país.
«Haití no puede permitirse otra crisis prolongada», alertó.
El jefe de la misión consideró que «la reforma de la Constitución y el sistema judicial, y los avances hacia un mayor equilibrio en el poder del presidente son necesarios».
«En el futuro, Haití tendrá que hacer frente e instituir esas reformas mediante un proceso de consulta y diálogo nacional, si quiere consolidar su democracia», apuntó Sanders.
En el mismo sentido, opinó que «el proceso de elección deberá ser mejorado de modo que infunda más confianza», por lo que la composición del próximo Consejo Electoral será «crucial».
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, coincidió con Sanders en ese punto, al afirmar que el proceso electoral debe modificarse «para mejorar la confianza necesaria para llegar a la elección de un nuevo presidente» el próximo abril.
Para ello, Almagro instó a poner «los máximos esfuerzos en que esta instancia electoral sea diferente, renovada y percibida como tal por todos los actores en Haití».
«Necesitamos definitivamente un órgano electoral robusto en Haití, con reglas claras, la implementación de medidas de alto consenso que garanticen equidad, confianza ciudadana, y condiciones de seguridad para los observadores de la organización en el terreno», agregó el titular de la OEA.
Esa solicitud se deriva de la constatación por parte de la misión especial de la OEA de que el proceso de elecciones generales llevado a cabo en 2015 «fue controvertido», y se percibe en Haití como «defectuoso», en palabras de Sanders.
El jefe de la misión felicitó también a Martelly por mantener su posición de abandonar el poder el pasado domingo, con lo que demostró «ser un verdadero patriota», y afirmó que su voluntad de diálogo fue «instrumental para resolver el ‘impasse’ político».
Sanders subrayó que la misión de la OEA no acudió a Haití para «meterse en sus asuntos internos», y lamentó que sus integrantes afrontaran la «hostilidad» de muchos actores en el país.
«En Haití existe el mito de una criatura monolítica y sombría con largos tentáculos llamada ‘la comunidad internacional’, y es preocupante que la OEA se asocie a ella y se perciba como su símbolo», indicó el embajador.
EFE