(EFE).- La posible reanudación de las negociaciones para alcanzar un tratado de libre comercio y la seguridad coparon las diferentes agendas de la India y la Unión Europea durante la XIV cumbre bilateral que concluyó hoy, en la que se confirmaron inversiones europeas por 1.300 millones de euros.
En una rueda de prensa conjunta en Nueva Delhi, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro indio, Narendra Modi, dejaron claras sus prioridades durante la cumbre bilateral.
El anfitrión, Modi, destacó la decisión de «fortalecer» la cooperación en seguridad entre la India y la UE, además de trabajar juntos en la lucha contra el terrorismo tanto de manera bilateral como en foros multilaterales.
Además, aplaudió el anuncio del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de que aprueba 800 millones de euros para proyectos de energías renovables en la India y 500 millones para la ampliación del metro de Bangalore (sur), el segundo más grande de la nación asiática.
Las referencias sin embargo a las negociaciones para un tratado comercial fueron escuetas, al asegurar que la India «también está comprometida» en trabajar con la UE para «fortalecer (…) los flujos de comercio e inversión».
El tono contrastó con la firmeza manifestada por Juncker en apoyo a un avance definitivo en la negociación comercial.
«Creo que es el momento para un acuerdo de libre comercio entre la India y la Unión Europea», sentenció Juncker durante la rueda de prensa.
El jefe del Ejecutivo europeo dijo que «una vez las condiciones sean las correctas y solo cuando las condiciones sean las correctas» se reanudarán unas negociaciones que están suspendidas desde 2013.
«La cumbre de hoy es un paso adelante importante en la dirección adecuada y nuestros jefes negociadores se sentarán en los próximas días para trazar un camino hacia adelante», añadió.
Juncker destacó la necesidad de ese acuerdo y también de armonizar los sistemas de intercambio de datos para poder facilitar los acuerdos entre ambas partes y la prestación de servicios de compañías indias a clientes europeos.
En ese sentido, indicó que la armonización de los estándares indios con las reglas utilizadas en el territorio de la Unión son un requisito necesario para «el intercambio libre y seguro de datos».
La Unión Europea y la India comenzaron las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio en 2007, pero ambas partes no han logrado limar sus diferencias y acercar sus posturas.
Entre los renglones claves, la UE pretende exportar con bajos aranceles y tasas reducidas tanto para automóviles como bebidas espirituosas, vino, productos lácteos, así como proteger en ese mercado su régimen de propiedad intelectual.
La India está preocupada por su gran sector automovilístico y otros que podrían verse afectados por esta apertura, además, Nueva Delhi quiere acuerdos en otras áreas, como la relacionada con visados.
La UE ya es el principal socio comercial de la India, con el 13,7 % del comercio total del país asiático, por delante de China (11 %) y Estados Unidos (9,6 %).
La India, por su parte, es el noveno socio comercial de la UE, donde compró bienes por valor de 37.800 millones de euros en 2016.
El intercambio total entre la UE y la India el año pasado ascendió a 77.000 millones de euros.
Tusk subrayó también en ese sentido el valor de los tratados comerciales «libres y justos», porque, además de ayudar en lo económico a compañías y ciudadanos, «fortalecen y defienden» el orden internacional y «nuestro modo de vida».
Y concluyó parafraseando al Premio Nobel de Literatura indio Rabindranath Tagore, al decir que «uno no puede cruzar el mar solo estando quieto y mirando al agua», por lo que se mostró seguro que la India y la UE pueden «nadar mejor por esta ambiciosa y estratégica causa».