(EFE).- La joven cantautora española María de Juan se presenta hoy en Sao Paulo en el inicio de una prometedora carrera musical en solitario y sin fronteras que le ha llevado a fusionar las corrientes más modernas del soul y el jazz sin dejar de lado sus raíces flamencas.
María, de 21 años, nació en Valencia pero siempre se ha considerado de Granada, se siente «andaluza de corazón» porque toda su familia es de allí, y ahora está en Brasil en una gira que le ha llevado a Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo.
«Quiero que esto sea el comienzo de algo, que a partir de este viaje a Brasil empiecen a surgir las cosas y se encauce mi carrera», afirma en una entrevista con Efe.
Es su primera vez en Brasil, una tierra de «grandes leyendas de la historia de la música como Veloso o Jobim» y donde le sorprende «lo bien que lo lleva» la población pese a los serios problemas que afrontan.
Con una voz de amplio registro y una buena parte de su formación musical en Reino Unido, María ha conseguido aunar en su espectáculo la tradición del soul, por medio de modernas versiones de Etta James y Ella Fitzgerald, con la sensibilidad latina de la mano de Chavela Vargas, Silvio Rodríguez y Violeta Parra, entre otros.
Pero además estrenará este jueves en la capital paulista sus cuatro primeras composiciones, un ejercicio que le sirvió para empezar a cantar en castellano ya que antes solo había explorado el terreno anglosajón.
«Me he dado cuenta de lo importante que es el lenguaje, lo mucho que nos condiciona a la hora de expresarnos», confiesa en referencia a sus composiciones en inglés y español.
Nacida en el seno de una familia artística, pues su tío abuelo fue Gregorio García Segura, uno de los más prolíficos compositores del cine español, María dedica una de sus canciones a su padre, actor con un teatro en Londres y su principal fuente de inspiración.
«Mi familia (por parte de madre) siempre me ha dicho que tengo que tener un plan B, estudiar una carrera… En España no está comprendida, ni considerada la carrera artística y todo fue por mi padre, que siempre ha creído en mí, me ha mostrado que dedicarme a lo que yo quiero es posible y no una utopía», comenta.
En su primera toma de contacto con el genio creador, a María le interesa profundizar en la soledad, el destino y la búsqueda de uno mismo con múltiples referencias a su pasión por el cine.
«Caemos en la melancolía y el romanticismo de la realidad y la tristeza. Todos nosotros, cualquier persona creativa que se dedica al mundo del arte, somos bastantes sensibles y susceptibles a sentirnos solos», expresa.
En este sentido, reflexiona sobre la «crisis de la sociedad» y advierte que «las redes sociales y la tecnología nos están llevando a una frialdad y a un individualismo un poco peligroso».
Como contraste, destaca la «alegría», la «calma» y la «sencillez» de los brasileños.
Tras sus paradas en Brasilia y Río, María ofrecerá dos recitales en la capital paulista, en compañía del pianista Luis Sáez, antes de volver en noviembre a Londres, donde tiene previsto grabar un disco y realizar una decena de conciertos más, además de cerrar nuevos proyectos que le podrían llevar hasta Cuba.
Es el inicio de una vida en la que uno camina siempre con la maleta a cuestas porque para ella el panorama en España es «bastante complicado» y le produce «mucha tristeza».
«En cuanto a la música y a otros estilos de música, siento que si quieres que te escuchen tienes que salir fuera. Y una vez sales fuera y si a la gente le gusta lo que haces fuera, te llaman para que vuelvas», subraya la cantautora.
Carlos Meneses Sánchez