Las dos caras de la marihuana recreativa en el sur de Colorado

El condado Pueblo, en el sur de Colorado, se beneficia ampliamente del impuesto a la venta de marihuana recreativa, que le permite obtener fondos para becas universitarias, reparar carreteras y completar otros proyectos, pero también es uno de los más perjudicados por los cultivos ilegales.
Según un nuevo informe oficial difundido hoy, los ingresos generados por la marihuana recreativa, que por ahora llegan a unos 500.000 dólares al año, han permitido durante los últimos dos años mejorar la infraestructura local y ayudar a la comunidad.
Pero a la vez desde marzo pasado los alguaciles locales han detectado unas 25 plantaciones no autorizadas de marihuana en áreas residenciales, algunas importantes como una desmantelada la semana pasada en una vivienda de la ciudad de Pueblo, donde se hallaron 140 plantas que en la calle valdrían medio millón de dólares.
“Cuando la gente de otras comunidades llega a Pueblo, lo primero que ven son nuestras calles porque están manejando sobre ellas. En este caso, es algo muy bueno que podamos usar los ingresos de la venta legal de cannabis licenciado para mejorar la apariencia y la calidad de vida de nuestra comunidad”, comentó el comisionado Sal Pace al presentar el informe.
Y ese dinero, en este caso, un subsidio de 200.000 dólares, se enfoca, explicó el funcionario, en las áreas del condado con mayor número de dispensarios de marihuana.
“Hemos específicamente elegido a Pueblo West (para el subsidio de reparación de calles) porque allí está la mayor concentración de negocios de marihuana regulada y legal”, puntualizó Pace.
Según información pública, en la ciudad de Pueblo hay 25 dispensarios de marihuana, mientras que en Denver, la capital estatal, operan unos 210 dispensarios de marihuana y casi 150 de los mismos están dedicados exclusivamente a la marihuana recreativa.
En Colorado, la marihuana destinada a usos recreativos es legal desde 2014 para mayores de 21 años.
En el condado Pueblo, según estadísticas del Buró del Censo, residen unas 165.000 personas, de las cuales poco menos de la mitad es de origen hispano. A su vez, en la localidad de Pueblo, con 110.000 residentes, los hispanos, muy pocos de ellos inmigrantes, son la leve mayoría de los habitantes.
Para el comisionado Pace, el uso de los fondos obtenidos con la marihuana para proyectos públicos es una de las mejores maneras de mostrarle a la población en qué se gasta ese dinero.
Esos fondos, dijo, ya superan los 550.000 dólares anuales, una importante cantidad para un condado en el que casi una de cada cuatro personas vive en la pobreza y en donde los ingresos promedios por familia son la mitad de los del conjunto de Colorado.
Este año los comisionados del condado Pueblo también aprobaron destinar dinero de la marihuana a la Fundación Hispana para la Educación de Pueblo (PHEF, en inglés) que, gracias a esos fondos, este año otorgó 25 becas a estudiantes, la mayoría hispanos.
Si las proyecciones anticipadas por PHEF se concretasen, en unos cuatro años los fondos para el programa de becas de esa organización podrían llegar al millón de dólares, entre impuestos a la venta de marihuana, donaciones adicionales y subsidios estatales.
Pero a pesar de los beneficios de la marihuana recreativa para obras públicas y becas universitarias, tantos han sido los incidentes de cultivo ilegal de plantas de marihuana en Pueblo que un grupo de residentes, cansados de esa situación, logró que en las elecciones de noviembre próximo se decida por voto popular si se prohíbe o no la apertura de nuevos dispensarios en el área.
Los concejales de la ciudad de Pueblo están a favor de la prohibición, mientras que los comisionados del condado están en contra.
En una reciente reunión de la filial local de la Asociación de Empleados Estatales y Municipales, Pace dijo que el dinero del impuesto a la marihuana se usará para darles aumento de sueldos a los empleados públicos y realizar aportes a los planes de jubilación de esos empleados.
Mientras tanto, los vecinos siguen denunciando casos de cultivo no autorizado de marihuana en casas de la zona. Por ejemplo, luego de una denuncia anónima, la semana pasada los alguaciles de Pueblo detuvieron a Franco Munch, de 36 años y recién llegado desde Florida, que ahora está acusado de cultivo ilegal de más 30 plantas de marihuana y de tener el propósito de manufacturar marihuana.
Según un comunicado del Departamento del Alguacil del condado Pueblo, ya se registraron dos docenas de casos similares en la zona en lo que va del año, la mayoría conectados con personas llegadas desde Florida y otros conectados con carteles mexicanos.
“El dinero fácil atrae tanto a individuos como a carteles a esta área, desde cubanos de Florida hasta rusos de Nueva York. Hemos encontrado que luego transportan (la droga) a otros lugares del país, con grandes ganancias”, dijo este lunes a los medios locales el jefe David Lucero, de la oficina del alguacil del condado Pueblo.
Esas ganancias, indicó Lucero, llegan hasta los 10 millones de dólares anuales por cada operación ilícita.

EFE

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