Los cambios de horarios se vienen haciendo desde hace ya varios años y tienen el propósito de ahorrar energía. Y aunque parecer ser algo positivo, lo cierto es que tiene ciertas repercusiones en la salud y el funcionamiento del organismo.
El horario de invierno durará prácticamente 6 meses y en estos primeros días, e incluso seamanas, puede ser complicado adaptarse al cambio de hora.
Los primeros días suelen ser los más difíciles para nuestro reloj biológico, por lo que es común sentirnos adormecidos y poco productivos, sobre todo por la mañana. Esto ocurre porque nuestro organismo ya está acostumbrado a una rutina de luz y su alteración puede perjudicar la producción de melatonina, una hormona del cuerpo que juega un papel importante en el sueño, la vigilia y el estado de ánimo.
Consejos para adaptarte mejor al horario de invierno
1) Establecer una rutina de sueño. Según los expertos, nuestro cuerpo necesita alrededor de 24 horas para acostumbrarse a los cambios de horario. No obstante, esto dependerá de nuestra rutina de descanso habitual; si dormimos y nos levantamos aproximadamente a la misma hora todos los días, el cambio será más llevadero.
2) Evita las siestas. Si estás acostumbrado a hacer un descanso después de comer, lo mejor será que durante los primeros días del horario de invierno la reduzcas o la evites para no alterar aún más tu reloj biológico.
3) Aprovechar las horas de luz natural. En la época de invierno debemos exponernos a la luz lo más pronto posible, intentar abrir las persianas al levantarnos o salir a dar un corto paseo por la mañana para ayudar a nuestro cuerpo a reajustarse.
4) No realizar actividades estimulantes antes de dormir. Lo ideal antes de dormir es que tu cuerpo esté completamente relajado. Evita los entrenamientos físicos intensos pocas horas antes y deja a un lado los aparatos electrónicos, como el teléfono celular, puesto que estimulan el cerebro y pueden interferir en la producción de melatonina.
5) Cenar ligero y temprano. Las cenas abundantes antes de dormir pueden provocar una digestión lenta que produce cansancio y dificultades para conciliar el sueño. Lo recomendable es consumir alimentos ligeros aproximadamente 2 horas antes de acostarte.
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