“Malhechor”. Esta palabra invoca a hombres vestidos de negro, con sonrisas maliciosas y voces rasposas, ¡no a un alimento blanco y cristalino como el azúcar! Pero, las apariencias son en este caso (como en muchos otros) engañosas. El azúcar nos hace mucho daño e incluso puede convertirse en una especie de «adicción«.
Esta es la cuestión: ¿es una adicción o no?
No todos los entendidos en el tema están de acuerdo en calificar a este alimento de “adicción”. No obstante, la ingesta de azúcar genera en el cerebro efectos muy similares a los que se producen, por ejemplo, con el consumo de drogas. He aquí la analogía entre la ingesta de azúcar y una adicción.
Los síntomas de que eres una “adicta”
- Siempre tienes la excusa perfecta para comer algo dulce.
- Para saciar tus antojos, eres capaz de ir especialmente al supermercado.
- Para ti, “motivación” es sinónimo de “azúcar”.
- Tienes un escondite secreto para guardar tus tesoros azucarados y, cuando nadie te ve…
Esto es lo que el azúcar provoca en tu comportamiento, pero, ¿qué hay de tu interior?
Una vez en el cerebro…
El azúcar funciona como un combustible para tus neuronas. Por eso, el cerebro percibe su consumo como una especie de “recompensa”; este es el motivo por el cual, una vez que empiezas a disfrutarla, te resulta muy difícil detenerte.
¡Qué desbarajuste!
Esto es lo que sucede: cuando comemos algo dulce, nuestro organismo lo transforma en glucosa muy rápidamente. Como consecuencia, los niveles de azúcar en sangre se disparan. Y luego descienden de forma abrupta. Este es el motivo por el que el “bienestar” generado por el consumo de azúcar es fugaz. Y una vez que se esfuman, solo queda la modorra.
La pregunta del millón
A nadie le gusta tener un cuerpo desequilibrado. Entonces, ¿cómo se supone que puedes limpiar tu organismo de todos los efectos del azúcar? Pues, ¡ni se te ocurra probar esas dietas desintoxicantes! Estas suponen un cambio tan drástico como difícil de mantener en el tiempo. Así que mejor…
Una buena solución
En vez de proceder por la negativa (erradicar al azúcar), opta por la positiva: bebe más agua y comienza a colorear tu vida con fuentes de azúcar naturales como las frutas. Redescubrir el sabor de estas te ayudará a prescindir de los alimentos procesados y saturados de azúcar.