“EpiPen” reabre el debate sobre el precio descontrolado de fármacos en EEUU

El encarecimiento del popular auto-inyector para ataques graves de alergia “EpiPen” en EEUU ha reabierto el debate sobre el precio descontrolado de los fármacos en el país, algo que la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton ha prometido atajar si gana las elecciones de noviembre.
El gigante farmacéutico Mylan se vio obligado hoy a anunciar una ampliación de sus programas de descuentos para personas con bajos recursos o con nula o escasa cobertura del seguro para medicamentos, tras el alud de críticas recibido en los últimos días.
La crítica de más peso fue la emitida ayer por Clinton en su página de la red social Facebook, donde consideró “intolerable” que la compañía haya incrementado el precio de este fármaco vital para 3,6 millones de estadounidenses en más de un 500 por ciento desde 2007.
Cuando Mylan compró “EpiPen” en 2007 a Merck KGaA, el precio de una caja de dos dosis era de 93,88 dólares, mientras que ahora cuesta 608,91, según los datos de Truven Health Analytics.
“EpiPen” es el producto estrella de la farmacéutica, con el que gana al año 1.100 millones de dólares, y la razón por la que ha seguido incrementando su precio año tras año hasta la cantidad desorbitada actual es simple: porque ha podido.
En EEUU, el precio de las medicinas lo establece el mercado, por lo que, en casos de práctico monopolio como el del “EpiPen”, la empresa en cuestión puede forzar hasta obtener los máximos beneficios.
“Este es solo el último alarmante ejemplo de una empresa que se aprovecha de sus consumidores. (…) Está mal cuando las compañías de fármacos ponen sus beneficios por encima de los pacientes, incrementando los precios sin justificación”, consideró Clinton.
En EEUU, todo el mundo conoce a alguien que va con su “EpiPen” a todos lados: una caja de dos dosis de epinefrina (adrenalina) que el paciente puede administrarse solo pinchándose en el muslo con el dispositivo en forma de lápiz grueso con jeringa.
Para familias pobres o que tienen más de un alérgico, el incremento de su coste es inasumible, especialmente teniendo en cuenta que el “EpiPen” caduca: si no se ha usado, hay que desecharlo tras 12 o 14 meses.
Lo que hace al “EpiPen” caro es el dispositivo, que no tiene un genérico exactamente alternativo, porque el valor de la epinefrina que contiene se estima en alrededor de un dólar.
Este fármaco es omnipresente porque su único competidor, “Adrenaclick”, es más difícil y arriesgado de usar sin ayuda médica y el otro producto alternativo, no genérico, “Auvi-Q”, se retiró del mercado este año al considerarse que no era seguro.
El mayor incremento del precio del “EpiPen” se produjo en los últimos tres años, pasando de 265 dólares a 608, algo que los expertos del sector explican en la expectativa de la pronta llegada al mercado de un genérico alternativo fabricado por Teva.
El moderno “EpiPen” lo inventó a mediados de los años 70 Sheldon Kaplan en una empresa tecnológica con sede en Bethesda (Maryland), pero Mylan fue quien logró convertirlo en referente con agresivas campañas dirigidas a las escuelas y padres.
Este caso evidencia una vez más cómo las medicinas, también las más comunes, son mucho más caras en EEUU que en otros países. Por ejemplo, en Francia los “EpiPen” los vende una empresa diferente y cuestan alrededor de 85 dólares la caja de dos dosis.
Clinton promete poner fin a esta anomalía que pone en riesgo la vida de millones de personas con un plan para que las farmacéuticas tengan que “explicar sus incrementos de precio y probar que estos responden a beneficios para el paciente”.
“En el caso de tratamientos como la inyección de epinefrina que han estado disponibles durante décadas, mi plan promueve producción de productos alternativos. Así es como podemos emplear el poder de la competencia para mantener los precios de las medicinas en niveles que todos los estadounidenses pueden permitirse”, explicó la candidata demócrata.
Las medidas anunciadas hoy por Mylan para ampliar sus programas de ayuda para personas con bajos recursos, pero que mantienen el precio general, ya han recibido las primeras críticas, como la del congresista demócrata Elijah Cummings, que ha pedido una audiencia para cuando la Cámara de Representantes retome su actividad en septiembre.
“Mylan no debería ofrecer descuentos solo para unos pocos sino que debería revertir su masivo incremento de precios para todos inmediatamente”, pidió Cummings en un comunicado.
La directora ejecutiva de la farmacéutica, Heather Bresch, cuyo salario aumentó un 671 por ciento desde que adquirió el “EpiPen”, tendría así que comparecer en el Congreso, por cierto, lugar de trabajo de su padre, el senador demócrata Joe Manchin.

EFE

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