La cera que se forma en los oídos ayuda a protegerlos de bacterias y otras infecciones que podrían afectarlo. Es por eso que es tan importante darles una limpieza cuidadosa y adecuada para evitar posibles daños. Aquí te contamos cómo hacerlo.
A diferencia de lo que cree la mayoría de las personas, para limpiarse los oídos no se debe usar los hisopos, ni mucho menos sprays que lo que único que harían es perjudicar más el sistema auditivo.
El oído tiene la capacidad de limpiarse por sí mismo. Será suficiente pasar un paño húmedo por el pabellón de la oreja, sin introducir nada, ni siquiera los dedos, en el canal auditivo.
Las células que se encuentran en el canal auditivo se mueven para empujar los microorganismos que lo invaden. La cerilla es otro mecanismo de defensa, y según los especialistas, esta se expulsa por el movimiento que se realiza al mover la mandíbula cuando se habla o cuando se come.