Reconoce los esfuerzos de tu pequeño antes de corregirlo
Por naturaleza, por imitación, por socialización y por aceptación, parte del desarrollo de nuestros hijos consiste en tratar de hacer determinadas acciones por él mismo (por ejemplo, vestirse solos o peinarse). Lo anterior es un paso hacia su autonomía. Cuando tu pequeño intente hacer algo por él mismo, controla tu impulso natural de corregirlo o de mostrarle la manera correcta de hacerlo y primero reconoce su esfuerzo. De esta manera fortalecerás su autoestima y su autonomía. Una vez reconocido el esfuerzo puedes corregirlo o mostrarle la manera correcta de hacer las cosas.
Déjalo pensar y razonar
La autonomía consiste en saber hacer las cosas por uno mismo, pero también consiste en forjarse un criterio propio y tomar decisiones acertadas. Cuando tu pequeño te pregunte algo, no le des la respuesta de inmediato, mejor, llévalo a la reflexión para que, en la medida de sus habilidades y de su edad, trate de encontrar la respuesta (o parte de ella) por él mismo.
Establece límites y normas claras
Aun cuando el establecimiento de límites y de normas pueden parecer desconectados de la autonomía, son fundamentales para el desarrollo de los pequeños. Al establecer límites y normas claras se propicia un entorno de seguridad que permite que nuestros hijos actúen por ellos mismos.