El éxito de la saga “Fifty Shades of Grey”, de E.L. James, ha ayudado a desestigmatizar las prácticas sexuales que se engloban dentro de las siglas BDSM y otros fetiches, según algunos expertos y también impulsa la industria de los juguetes eróticos con una cifra que superó los 15.000 millones de dólares durante 2015.
DESTACADOS.
La psicóloga Núria Jorba afirma a EFE que “‘Cincuenta Sombras’ ha aportado información sobre diferentes prácticas sexuales y juguetes eróticos’”. +++ Las ganancias mundiales del mercado erótico ascendieron a 15.250 millones de dólares, según los datos publicados por StatisticBrain.com en 2015.
Para el sexólogo y escritor Luis Tejedor, autor de “El pequeño libro de la seducción”: “la influencia es obvia, hay muchas parejas cuyos momentos íntimos se han incrementado evolucionando hacia este referente”.
Que “Fifty Shades of Grey” (“Cincuenta sobras de Grey”) es un fenómeno de masas se afirma fácilmente con cifras en la mano. No sólo la trilogía está compuesta por libros “bestseller”, sino que el estreno de cada película vino acompañada de éxitos en taquilla.
La primera cinta de la saga «Fifty Shades of Grey», recaudó 92 millones de dólares en Estados Unidos. La segunda entrega cinematográfica, “Fifty Shades Darker”, recaudó 5,7 millones de dólares durante el primer día de su estreno en ese país.
LUCES Y SOMBRAS: VISIBILIDAD Y CONTROVERSIA.
La saga de E.L. James ha levantado tanto pasiones como ampollas, estas últimas debido, principalmente, al modelo de relación y comportamiento de los protagonistas, que algunos expertos consideran tóxico e inapropiado como influencia para los jóvenes. “Las interacciones de la pareja son emocionalmente abusivas, caracterizadas por el acoso, la intimidación y aislamiento”, según un estudio publicado por la Academia de la Salud de la Mujer en su revista, Journal of Women’s Health.
El mismo año en que se estrenaba “Fifty Shades of Grey”, el periódico británico Daily Mail publicaba una noticia en la que una joven alemana moría a manos de su pareja mientras imitaban uno de los juegos sexuales de la historia.
Este trágico suceso abrió el debate sobre el problema de que los lectores se hicieran ideas equivocadas sobre cómo son las prácticas y fantasías eróticas de la denominada BDSM y que abarca el “bondage” y la disciplina, sadismo y masoquismo, y dominación y sumisión. Sobre este aspecto, la psicóloga Núria Jorba, autora del libro “Sexo Gourmet”, subraya en entrevista con EFE que “un punto negativo de la saga es la idealización de la sexualidad BDSM”.
“No debemos olvidar que el cine o los libros son ciencia ficción y, a veces, lo llevamos demasiado a la realidad creando unas expectativas irreales”, añade la sexóloga, quien afirma también que “a muchos hombres les ha creado una presión el tener que ser como el Señor Grey, llegando a despertarles disfunciones sexuales y, consecuentemente, mucho malestar”.
Pero el maltrato idealizado y la desvirtuación de los modelos de relaciones románticas o eróticas no son las únicas sombras de esta ficción, que ha traído consigo incluso casos de escándalo público y sexual. En México, una mujer fue detenida por masturbarse en el cine durante la proyección de la película, según publicaba el diario británico The Mirror. Y este mismo año, tras el estreno de la secuela, “Fifty Shades of Grey”, el diario francés Courrier de l’Ouest informaba de la detención de un hombre por el mismo motivo.


UNA PRÁCTICA CADA VEZ MÁS EXTENDIDA.
Pese a todas las sombras de la trilogía erótica, muchos expertos coinciden en que su impacto ha ayudado a desestigmatizar las prácticas sexuales que se engloban dentro de las siglas BDSM y otros fetiches.
Núria Jorba cree que “‘Cincuenta Sombras’ ha aportado información sobre diferentes prácticas sexuales y juguetes eróticos”, aspecto que considera “muy positivo”, y recalca también que “ha favorecido que la mujer piense en sexualidad, se plantee sus deseos, sus fantasías, y a que socialmente se empiece a aceptar que ellas también desean y quieren disfrutar del sexo”.
“Quizá no tiene tanto que ver con dichas prácticas como tal, sino más bien con dejarse llevar por las fantasías, cumplirlas y vivir la sexualidad con libertad, el morbo de hacer cosas en secreto”, reflexiona Luis Tejedor en entrevista con EFE.
El sexólogo, autor “El pequeño libro de la seducción”, considera que “la influencia es obvia” y que “hay muchas parejas cuyos momentos íntimos se han incrementado evolucionando hacia este referente”.
“El BDSM es una práctica sexual como cualquier otra. En general, en sexualidad, un trastorno o patología se considera cuando crea un malestar o condiciona la vida diaria de la persona”, dice Jorba. Esta experta indica también que “no se trata de lo que hacemos en la sexualidad, sino de cómo lo vivimos, de que no hagamos daño a nadie y que no sea una necesidad imprescindible para disfrutar del sexo”.
“El juego debe ser consentido, consensuado y consciente”, subraya Tejedor, quien cree que “siempre que la relación no implique una reducción de la salud sexual, mental o física, no hay por qué asustarse”. “Es una opción más que, bien practicada, nos puede dar un nuevo disfrute y perspectiva de la sexualidad”, explica Jorba.


JUGUETES ERÓTICOS.
La normalización de las prácticas de BDSM como algo natural y socialmente más aceptado, ha tenido, a su vez, un impacto económico en el mercado erótico: tras el éxito de “Cincuenta Sombras de Grey”, las ventas de juguetes sexuales, especialmente fetichistas o relativos a las prácticas que aparecen en la historia, han aumentado.
“Nosotros lo hemos notado muchísimo”, dice a EFE Bryan, un trabajador del sector. “No solo en las colecciones inspiradas en la ficción, sino en todos los artículos fetichistas. Hasta hemos planteado nuestra propia línea de productos BDSM aprovechando el tirón”.
El suyo no es un caso aislado. En 2014, según la web Sex and Stats (www.sexandstats.com), la línea de productos de BDSM “Fifty Shades” había vendido 1,2 millones de unidades alrededor del mundo. Y el fenómeno, efectivamente, ha repercutido no solo en la firma oficial de la saga, sino en todo el sector.
En 2015, coincidiendo con el estreno de la primera versión cinematográfica de la novela de E.L James, los datos publicados por Statistic Brain (www.statisticbrain.com) desvelaron que la industria de los juguetes sexuales obtuvo unos beneficios de 15.250 millones de dólares.
Las estadísticas globales revelaron también que un 23% de adultos utilizaban juguetes durante sus relaciones sexuales y reflejaron que, además, un 20% usaba material exclusivo del BDSM. Solo en aquel momento, y siempre según la misma fuente, Amazon tenía en su “stock” 60.000 artículos “adultos”. Ya mucho antes, tras el éxito de los “bestseller” en 2012, la gigantesca tienda “online” tuvo un incremento del 400% en la venta de “bolas chinas” (juguete que los protagonistas emplean en la ficción), de acuerdo con lo publicado por la revista Cosmopolitan.
La revista Forbes, que se hacía eco de los datos recogidos por Statistic Brain, publicó también la perspectiva de futuro para el sector de los juguetes eróticos: más de 50.000 millones de dólares para el año 2020. Efectivamente, son las cincuenta sombras con unos cuantos ceros más a la derecha. Cifras que, más bien, parecen llenar de luz la economía de un mercado antaño clandestino.
Por Nora Cifuentes.
EFE/REPORTAJES Nora Cifuentes
