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(EFE).- Brasil, el país con mayor número de casos de sida en América Latina, con 830.000 portadores, registró en 2016 una reducción tanto en la tasa de detección como en la tasa de mortalidad de esta enfermedad, según datos que el Gobierno divulgó hoy, con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Sida.
De acuerdo con los datos divulgados por el Ministerio de Salud, la tasa de detección de casos del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida) en el país cayó un 5,2 % en el último año, desde 19,5 casos por 100.000 habitantes en 2015 hasta 18,5 casos por 100.000 habitantes en 2016.
La tasa de mortalidad por la enfermedad, por su parte, se redujo en un 7,2 %, desde 5,7 óbitos por 100.000 habitantes en 2015 hasta 5,2 óbitos por 100.000 habitantes en 2016.
Pese a la caída de la tasa de detección, que es cuando un portador del virus desarrolla alguna enfermedad vinculada al sida, el número de notificaciones (cuando un paciente descubre que es portador pero no ha desarrollado la enfermedad) creció en el último año.
Según el Ministerio de Salud, el número de casos notificados de sida aumentó en Brasil en un 4 %, desde 36.360 en 2015 hasta 37.884 en 2016. El número de casos en 2016 prácticamente dobló el de 2013 (18.537).
Esa fuerte elevación, sin embargo, fue atribuida por el Ministerio a la política adoptada por el país desde 2014 que obliga a todos los centros de salud a notificar obligatoriamente los casos de la enfermedad.
Igualmente fue atribuida a la decisión del Gobierno de ofrecer en los puestos públicos de salud pruebas gratuitas de diagnóstico rápido de la enfermedad, no sólo para integrantes de los llamados grupos de riesgo, también a toda la población.
Según el Ministerio, pese a que el número de notificaciones aumentó, la política de ampliar la oferta de pruebas de diagnóstico fue la que permitió reducir la incidencia del sida en Brasil, ya que redujo el tiempo que los pacientes demoran antes de iniciar un tratamiento y de recibir el cóctel de medicinas ofrecido gratuitamente por el Gobierno.
Mientras que en 2014 un portador demoraba 102 días entre el diagnóstico de la enfermedad y el inicio del tratamiento, ese tiempo se redujo el año pasado a 41 días.
Según el Ministerio, de los 830.000 brasileños que son portadores de la enfermedad, el 84 % ya fue diagnosticado y el 72 % ya recibe el tratamiento.
La meta del Gobierno brasileño es que, hasta 2020, todos los portadores estén diagnosticados y el 90 % en tratamiento.
El nuevo Boletín Epidemiológico del Ministerio sobre el sida también mostró un cambio en el perfil de los portadores del virus en los últimos diez años, con una reducción de la tasa de contagio entre las mujeres y un aumento entre los hombres, especialmente entre los que tiene relaciones sexuales con otros hombres.
En 2016 la proporción de diagnósticos de sida por género fue de 22 para hombres por cada 10 para mujeres.
Pero entre los hombres con entre 15 y 19 años la tasa triplicó, desde 2,4 casos por 100.000 habitantes en 2006, a 6,7 casos por 100.000 habitantes en 2016; y entre los hombres con entre 20 y 24 años se duplicó, desde 16 por 100.000 habitantes en 2006, a 33,9 en 2016.
Brasil es considerado un país modelo por la ONU por sus políticas de prevención del sida, como la distribución gratuita de preservativos y la oferta gratuita de los tratamientos.
