Las negociaciones de paz sobre el conflicto sirio se pospondrán «probablemente» unos días, afirmó hoy Jessy Chahine, portavoz del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
«Es probable que la fecha del 25 de enero se atrase algunos días por razones prácticas», dijo la portavoz.
En los últimos días se había barajado la posibilidad de un atraso del proceso negociador entre los distintos grupos sirios, aunque ayer el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dejó claro que en caso de que esto ocurriese, el aplazamiento sería solo de unos días.
«Estamos seguros de que en los próximos días, en enero, deben empezar estas negociaciones», agregó el jefe de la diplomacia rusa y destacó que esa es la posición común de Moscú y Washington.
Según los planes de la ONU, el 25 de enero debían entablarse negociaciones directas entre el régimen sirio y una delegación elegida de entre los diferentes grupos de la oposición.
El problema recae sobre qué grupo opositor se considera terrorista y cuál no.
El régimen sirio y el gobierno ruso consideran grupos terroristas a unas facciones que la delegación opositora recién conformada ayer acepta como interlocutores válidos.
De hecho, la ONU ha dejado claro que debe aclararse el punto de quien es y no un representante válido para ambas partes, antes de comenzar el proceso.
Compuesta por 17 personas, la delegación opositora esta presidida por Asad al Zubi, un general desertor, y como negociador jefe ha sido designado Mohamed Alush, responsable del Ejército del Islam, que controla amplios territorios en la periferia de Damasco, y que es considerado por Moscú y Damasco como un grupo terrorista.
Pero poco más de 24 horas después de su composición, uno de los grupos que la componen, El Consejo de Coordinación Nacional (CCN), rechazó a la delegación negociadora de los opositores al considerar que no es apta para dialogar con las autoridades.
Mientras, hoy el régimen anunció que la delegación que enviará a las negociaciones estará compuesta por el viceministro de Asuntos Exteriores, Faysal Moqdad, y por el embajador ante la ONU Bachar Jaafari.
Pero además, la oposición dejó claro ayer y ha reiterado hoy que condiciona su participación al cumplimiento de varias exigencias, entre ellas que antes del comienzo del diálogo con el régimen deben parar los bombardeos ruso-sirios contra civiles y los asedios a las poblaciones y se ha de garantizar que su grupo negociador sea el único representante de la oposición.
Asimismo, la delegación opositora ve otros inconvenientes, como la participación de fuerzas iraníes en las operaciones contra la oposición y las ambigüedades sobre el futuro del presidente sirio, Bachar al Asad, así como la naturaleza de la autoridad que dirigirá el país durante la etapa de transición.
Dicho proceso fue trazado por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 18 de diciembre en una resolución adoptada por unanimidad que pidió el inicio de negociaciones directas y fijó un plazo de seis meses para que las dos partes establezcan un Gobierno de transición y de 18 meses para la celebración de elecciones.
Según datos de la ONU, en casi cinco años de guerra, han muerto en Siria 260.000 personas y más de 12 millones de sirios, entre ellos 5,5 millones de niños, necesiten asistencia humanitaria inmediata.
Más de 4 millones de personas han huido al extranjero y hay unos 8 millones de desplazados internos en el país, muchos de los cuales se han visto obligados a cambiar varias veces de lugar.
EFE