El Autobús de la Vida

Imagínese que usted maneja un gran autobús todos los días, semanas, meses y años. Ese autobús sólo tiene una puerta de entrada y todos sus pasajeros entran por esa puerta. Los pasajeros son sus pensamientos, emociones y recuerdos y todo aquello que usted ha ido juntando a través de la vida. Algunos de esos pasajeros le hablan, le gritan y argumentan con usted. Le dicen lo que debe y no debe de hacer, a donde debe ir y a donde no. Comienzan a gritarle que usted es un perdedor, que no sirve para nada, que es un fracasado y un mal conductor. Usted quiere manejar el autobús de su vida pero sus pasajeros (las emociones, los pensamientos y los recuerdos) cada día tratan de controlarlo. ¿Cómo se siente? Seguramente muy mal y desalentado.

Usted les dice a los pasajeros del autobús de su vida que por favor se callen y lo dejen conducir el autobús, pero ellos no escuchan. Usted decide sacarlos y detiene el autobús y se enfrenta a ellos porque ya está cansado de soportarlos. Pero, no se había dado cuenta que desde hace mucho tiempo ha estado detenido en el camino, y no ha avanzado en su vida.

Ha pasado el tiempo discutiendo con sus pasajeros y no ha avanzado, y quien sabe si llegará a tiempo al destino deseado y final. El gran problema que usted enfrenta, es que ellos ahora son muy fuertes, resistentes. Usted es el único culpable de eso porque por mucho tiempo ha sido muy permisivo con ellos, y ahora se han apoderado de la situación. En este momento, ya no tiene fuerzas ni autoridad para bajarlos del autobús de su vida. Al final se da por vencido, se sienta al volante y ellos le dicen por dónde ir y que hacer.

Mi querido lector no permita que esos pasajeros dominen la mente, el corazón y el oído de su vida. No permita que las experiencias amargar afecten sus emociones y sus sentimientos y no le permitan llegar a donde debería llegar. No deje que las emociones, los pensamientos y heridas gobiernen su vida. Creo que ese es uno de los problemas más grande del ser humano hoy día. Esos impulsos descontrolados pueden hacer que el autobús de su la vida se desvíe por otro rumbo, por el equivocado, y jamás alcanzar a transitar el camino de la vida que el Señor Jesucristo, el dueño de su vida, quien lo creó con propósito, desea usarle para la bendición de mucha gente y para la Gloria de Dios.

Cuando actuamos impulsados por las emociones, hacemos cosas que no deberíamos y luego nos arrepentimos, pero, la mayoría de las veces, nos percatamos cuando ya es demasiado tarde. Con esto no quiero decir que debes reprimir o eliminar tus emociones. Las emociones son un don de Dios en nuestra vida, pero, se debe saber cómo dominarlas. La Biblia nos dice que Dios nos ha dado el dominio propio, interesantemente usa el verbo en el pasado, eso quiere decir que cuando usted vino a Jesucristo y le rendió tu vida, Él le dotó con la capacidad de saber controlar las emociones y no actuar por impulsos, sino bajo la voluntad de Dios, porque su vida está controlada por la presencia del Espíritu Santo (2 Timoteo 1:7).

El dominio propio no es solamente limitarnos y dejar de hacer cosas, sino que también consiste en hacer cumplir nuestra responsabilidad. A través del poder del Espíritu Santo, porque es Él el que nos otorga el dominio propio, podemos vencer la ira, la mentira, la avaricia, el orgullo y evitar seguir su influencia.

Un caso típico en la Biblia, que ilustra bien lo que trato de compartir en esta ocasión, es el caso de Caín en Génesis 4 cuando Dios le preguntó: ¿Por qué estás tan enojado (bravo)? ¿Por qué andas cabizbajo? Si usted hace lo bueno, lo correcto, podría andar con la frente en alto. Pero si hace lo malo, el pecado lo acecha como una fiera lista para atraparlo. No obstante, usted puede dominarlo. Caín se dejó llevar por la emoción del enojo y mató a su hermano Abel. No se deje gobernar por sus emociones porque el pecado lo destruirá. Debe saber que el pecado afecta todas nuestras emociones, y es por eso por lo que no podemos confiar plenamente en ellas. Permita que Dios gobierne su vida por la ley de Su Palabra escrita, que es la Biblia. Pida la sabiduría del Señor en todo su accionar y toma de decisiones.

Recuerda traer delante del Señor todas sus cargas, sus afanes y Él lo sostendrá (Salmo 55:22). Mateo 11:28: “Vengan a Mi todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”.

En otras palabras, y como conclusión, pida la sabiduría de Dios cuando toma decisiones y para actuar, especialmente, use su mente y corazón renovados por la presencia de Jesucristo.

Un fuerte abrazo y hasta la próxima.

Dr. Pedro Yaruchyk

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