Al catalogar la cifra de 1 millón de muertos en el mundo por coronavirus como “escalofriante”, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, estimó que “todavía no hay un final a la vista” para la pandemia.
Uno de los golpes colaterales de la emergencia sanitaria es la imposibilidad de decenas de personas de despedirse de sus seres queridos debido a las propias restricciones de distanciamiento impuestas para batallar contra el “salvajismo” de la enfermedad.
“¿Cómo dices adiós sin tomar una mano o dando un beso suave, un abrazo cálido o un susurro final con un ‘te amo’?”, planteó.
“Ellos eran padres y madres, esposas y esposos, hermanos y hermanas, amigos y colegas”, agregó el funcionario.
“Al mismo tiempo, todavía no hay un final a la vista a la propagación del virus, la pérdida de empleos y la interrupción en la educación, la conmoción en nuestras vidas”, dijo Guterres.
Para el secretario general, a partir de ahora, la clave está en “aprender de los errores”.