Con billetes solamente vendidos en línea, distancia entre las butacas ocupadas y sin palomitas de maíz, China volvió a abrir sus cines, tras controlar la pandemia de coronavirus (COVID-19) en su territorio.
Los 70 mil cines del país cerraron sus puertas a finales de enero para impedir la propagación del virus. Tres meses después, en mayo, las autoridades anunciaron brevemente la reapertura de las salas, pero dieron marcha atrás tras una serie de rebrotes en Pekin.
Por razones sanitarias, solamente 30 % de los billetes disponibles pueden ser vendidos en cada función.
Los cines, que sufrieron un duro golpe este año, son los últimos sectores autorizados a reiniciar actividades, gracias a una clara mejora de las condiciones sanitarias.