Mientras las autoridades de Estados Unidos se encuentran en alerta por los riesgos que representa el consumo de fentanilo como droga, otra sustancia psicoestimulante que también se originó como un medicamento podría encender aún más las alarmas.
Se trata de la droga conocida como Captagon, cuya producción y distribución predomina en países de Oriente Medio, en donde incluso se ha convertido en una importante y multimillonaria fuente de ingresos para algunos gobiernos como el sirio.
Aunque el Captagon se comenzó a comercializar desde la década de los 60 como antidepresivo en Occidente, su alto potencial de adicción generó su prohibición, por lo que ahora amenaza con resurgir como una droga, la cual es elaborada principalmente por el grupo terrorista Hezbollah.
Un artículo reciente del sitio Infobae, señala que los productores del Captagon buscarían atraer a consumidores de otras regiones a través del próximo mundial de futbol a celebrarse en Qatar, en donde se darán cita miles de aficionados provenientes de Latinoamérica.
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