Un centenar de personas protestó hoy en esta ciudad a fin de redoblar la presión para que sea implementada la acción ejecutiva del presidente estadunidense Barack Obama sobre migración, que podría beneficiar a unos cuatro millones de inmigrantes indocumentados.
La protesta sucedió justo el día en que la acción de Obama, conocida como DAPA y que otorgaría permisos de empleo a inmigrantes con hijos estadunidenses, hubiera comenzado a recibir solicitudes. El programa, sin embargo, fue detenido por la decisión de un juez del distrito de Texas.
Coreando consignas como “Sí se puede”, y portando carteles donde se leía: “DAPA ahora” y “Nueva York está listo”, los manifestantes hicieron eco de las varias protestas organizadas este día a lo largo de Estados Unidos bajo el lema “Estamos listos”.
Manuel Castro, vocero del grupo civil “Se hace Camino Nueva York”, indicó que es vital que los políticos en Estados Unidos vean la unión de la comunidad inmigrante, en especial de los latinos, a fin de que conozcan su poder político y reviertan decisiones que los afectan.
“Hay que ejercer presión porque estos bloqueos del programa de acción diferida son ataques contra nuestras comunidades, y debemos reaccionar contra los políticos y las cortes antiinmigrantes, y contra las personas antiinmigrantes que protestan delante de nosotros”, dijo.
En entrevista, Castro mostró su confianza de que el sistema judicial desechará el bloqueo del juez de Texas contra la acción migratoria, por lo que proyectó que antes de que termine este año DAPA podría ser plenamente implementada.
En ese sentido, docenas de los manifestantes que participaron este día en la protesta, celebrada frente a las oficinas del Departamento de Seguridad Interior en Nueva York, enviaron cartas a la corte de apelaciones que revisará la decisión tomada por el juez de Texas.
Joel Magallán, director ejecutivo de la Asociación Tepeyac, un organismo civil que opera a favor de inmigrantes, explicó que la expansión de permisos de trabajo para inmigrantes resulta en beneficios no solo para indocumentados y sus familias sino para la economía estadunidense.
“Nos jugamos el futuro de nuestra comunidad. Si mantenemos la presión creo que crearemos consciencia en los jueces para que tomen una decisión a favor de nuestras comunidades y del país”, expresó Magallán.
Además de inmigrantes y activistas sociales destacó en la manifestación un puñado de estadunidenses en contra de la migración, que portaban carteles donde se leían consignas como “Deporten a los ilegales” y “No a la amnistía”.
Una de las manifestantes, que portaba un cartel que decía “Hispanos en contra de los inmigrantes ilegales”, aseguró que no hablaba con la prensa en español debido a que ésta era “pura propaganda”.