El candidato republicano Donald Trump espera apuntarse otra rotunda victoria en las primarias del martes en Michigan, mientras los sectores tradicionales de su partido deliberan sobre la mejor estrategia para evitar que sea el candidato a la Casa Blanca.
Trump, que ha ganado 12 de las 20 primarias y «caucus» (asambleas populares) celebradas hasta ahora, lidera todos los sondeos efectuados en Michigan, la cita de primarias más importante de esta semana, con una media de 18 puntos porcentuales de ventaja, según las estadísticas de Real Clear Politics.
Ese estado del Medio Oeste repartirá mañana de manera proporcional 59 delegados para los republicanos y 147 para los demócratas, con todas las encuestas apuntando a sólidas victorias de Trump y Hillary Clinton.
La ex secretaria de Estado lidera todos los sondeos con una media de 20 puntos, favorecida una vez más por el abrumador apoyo que tiene entre el votante afroamericano en todo el país, que le otorgó rotundas victorias en el sur y que es mayoritario en Michigan.
Ambos partidos celebran primarias mañana en Michigan y en Misisipi, un estado del sur con alrededor de un 40 % de población afroamericana en el que las encuestas dan la victoria a Trump y Clinton.
En ese estado están en juego 41 delegados para los demócratas y 40 para los republicanos, que también votan en las primarias de Idaho (32 delegados), donde se espera que gane Trump y en los «caucus» de Hawai (19), donde no se han efectuado encuestas recientes.
Mientras Trump se dirige hacia otra previsible noche triunfal, la elite tradicional del Partido Republicano delibera sobre cuál es la mejor estrategia para frenar al explosivo multimillonario.
Su primera opción, volcarse en un candidato como alternativa, no está dando por el momento los frutos esperados, ya que el senador Marco Rubio solo ha ganado 2 de los 12 procesos y obtuvo unos resultados muy decepcionantes en las primarias y «caucus» del pasado sábado.
La prueba de fuego de su viabilidad como alternativa es el próximo 15 de marzo, cuando vota su estado, Florida, en unas primarias clave donde el ganador se lleva los 99 delegados.
Si Rubio fracasa, el partido deberá considerar si opta por unirse en torno a Ted Cruz, que ha ganado seis votaciones, una posibilidad difícil de digerir ya que el senador por Texas ha labrado su carrera política desafiando al «establishment» y aupado por el movimiento ultraconservador del «Tea Party».
Además, los sectores tradicionales del partido, que al principio apostaron por el exgobernador de Florida Jeb Bush, ven a Marco Rubio como un candidato con más posibilidades de vencer a los demócratas que Cruz, un riguroso conservador muy alejado de las posiciones mayoritarias en derechos sociales.
Para evitar apoyar a un candidato que no es de su gusto, la elite republicana puede apostar por favorecer tanto a Rubio como a Cruz y abundar en los ataques a Trump, de manera que ningún candidato logre la mitad más uno de los 1.237 delegados necesaria para obtener la nominación.
En ese escenario, el nominado republicano se decidiría en julio en una Convención Nacional disputada, es decir, en la que al no tener nadie la mayoría, los delegados asignados en el proceso de primarias tienen libertad para votar por el candidato que deseen.
Si entonces gana un candidato que no es Trump, el partido se arriesga a que el magnate se presente como independiente, llevándose consigo a sus movilizados entusiastas, o a que sus votantes castiguen al partido en las elecciones por haber maniobrado contra el multimillonario.
Si esa Convención la gana Trump, solo quedaría la opción de que los republicanos compitan con un tercer partido, pero los analistas conservadores consideran que, por cuestión de plazos, esa opción debería consensuarse tiempo antes de la Convención.
Con este complejo panorama por delante, la mejor esperanza del aparato republicano es que el fenómeno Trump pinche en varios estados de las decisivas primarias del 15 de marzo: Florida, Ohio, Carolina del Norte, Illinois y Misuri.
Con esa gran cita, habrán votado 24 estados más el Distrito de Columbia en las dos primeras semanas de marzo, mientras que en las siguientes cinco semanas solo lo harán cuatro estados.
Ese tiempo es vital para que el ingente esfuerzo de la elite republicana contra Trump, tanto en anuncios de televisión como en debates y discursos, cale entre los votantes y revierta una tendencia a favor del magnate que ya dura nueve meses.
La primera prueba para comprobar si esa estrategia es efectiva llegará el 15 de marzo, cuando deben lograr al menos que Rubio gane en Florida y Kasich lo haga en el estado del que es gobernador, Ohio. Por Cristina García Casado
Washington, 7 mar (EFE).- El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton lideran con holgura las encuestas de las primarias de mañana en Michigan, la cita de primarias más importante de esta semana para ambos partidos en la carrera por la Presidencia de EE.UU.
Trump y Clinton, que se consolidaron como favoritos en el supermartes del 1 de marzo, tienen una ventaja de 13 puntos cada uno sobre sus rivales en Michigan, según la más reciente encuesta publicada hoy y elaborada por la Universidad de Monmouth (Nueva Jersey).
El multimillonario lidera todos los sondeos efectuados en Michigan con una media de 18 puntos porcentuales, mientras que Clinton gana también en todas las encuestas con una media de 20 puntos, según las estadísticas de Real Clear Politics.
Michigan es la cita de primarias más importante de esta semana, con 147 delegados en juego para los demócratas y 59 para los republicanos.
Prueba de ello es que hoy siguen de campaña en ese estado del Medio Oeste Clinton, su rival demócrata Bernie Sanders y el gobernador de Ohio, John Kasich.
Además, los dos últimos debates de ambos partidos se celebraron en ese estado: el republicano del pasado jueves en Detroit y el demócrata este domingo en Flint.
La encuesta de Monmouth representa una nueva mala noticia para la campaña del senador de Florida Marco Rubio, la apuesta del aparato republicano para evitar la nominación de Trump.
El legislador de origen cubano está de último, con un 13 %, por detrás del senador por Texas Ted Cruz (23 %) y de Kasich (21 %).
Rubio, que no conseguiría ni el mínimo del 15 % necesario para obtener delegados en esas primarias, sumaría una nueva derrota en un estado donde hay concentraciones del votante que le es más favorable: altamente formado y con gran capacidad adquisitiva.
El liderazgo de Trump en Michigan, un estado del cinturón industrial de Estados Unidos, representa una amenaza para los demócratas en las elecciones generales de noviembre.
Si el magnate confirma el buen desempeño en el cinturón industrial que indican las encuestas, podría poner en juego estados tradicionalmente demócratas como Michigan, Wisconsin, Illinois y Pensilvania.
Una victoria mañana en Michigan es clave para Hillary Clinton porque ese estado tiene una alta concentración de los votantes entre los que está calando el mensaje económico de Sanders, los trabajadores castigados por la crisis e indignados con el sistema a los que apela también Trump.
El liderazgo de Clinton se explica en buena medida por el abrumador apoyo que tiene entre el votante negro en todo el país, que le otorgó rotundas victorias en el sur del país y que es mayoritario en Michigan.
Quien espera dar la sorpresa es Kasich, gobernador del vecino Ohio, y que está subiendo en los últimos sondeos en el estado, además de conseguir hoy el apoyo del asistente del gobernador Brian Calley.
La encuesta de Monmouth, elaborada entre el 3 y el 6 de marzo, tiene un margen de error de 4,9 puntos porcentuales para los republicanos y 5,6 para los demócratas.
EFE