Obama irá a Cuba en marzo para destacar los avances e incidir en los derechos humanos

El presidente Barack Obama anunció hoy que hará en marzo un histórico viaje a Cuba, el primero de un mandatario estadounidense en ejercicio a la isla en 88 años, con la meta de ampliar los avances logrados con la normalización bilateral e incidir en las mejoras pendientes sobre los derechos humanos.

Obama usó su cuenta oficial de Twitter para informar del viaje a Cuba, que, según detalló luego la Casa Blanca, hará junto con su esposa, Michelle, del 21 al 22 de marzo para desplazarse después a Argentina, país que la familia presidencial al completo, incluidas sus hijas Malia y Sasha, visitará el 23 y 24 de marzo.

Esta «visita histórica» es una «nueva demostración del compromiso del presidente para trazar un nuevo rumbo para las relaciones entre Estados Unidos y Cuba», destacó en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

El portavoz anticipó que, además de mantener una reunión bilateral con el presidente cubano, Raúl Castro, Obama quiere celebrar encuentros en la isla con «miembros de la sociedad civil, empresarios y cubanos» de a pie.

Poco después, en una rueda de prensa, el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, fue más explícito y dijo que el presidente se reunirá con «disidentes, miembros de la sociedad civil y aquellos que se oponen a la política de los Castro».

Rhodes comentó también que no se espera un encuentro de Obama con el expresidente cubano Fidel Castro.

En uno de sus tuits sobre el viaje, Obama enfatizó que, pese al proceso de normalización de las relaciones bilaterales iniciado en diciembre de 2014, todavía existen «diferencias» con el Gobierno cubano y él prevé abordarlas «directamente» durante su visita a la isla.

«Estados Unidos siempre defenderá los derechos humanos en todo el mundo», subrayó al respecto.

Este viaje de Obama a la isla será la primera vez que un presidente estadounidense en ejercicio pisa territorio cubano desde que lo hizo Calvin Coolidge en enero de 1928.

En aquella ocasión, con motivo de la sexta Conferencia Internacional Anual de Estados Americanos que se celebraba en La Habana, Coolidge fue recibido por el entonces presidente de Cuba, Gerardo Machado.

En 1948, el entonces gobernante estadounidense, Harry Truman, visitó la Bahía de Guantánamo y su base naval, territorio controlado por EE.UU., y Jimmy Carter también ha viajado a Cuba en varias ocasiones, pero nunca durante su mandato presidencial.

El pasado diciembre, en coincidencia con el primer aniversario del acercamiento bilateral, Obama ya adelantó en una entrevista con el portal Yahoo que esperaba poder visitar Cuba en 2016, en su último año de mandato, pero aclaró que solo haría el viaje si se daban las condiciones para reunirse con disidentes en la isla.

«Si, de hecho, puedo decir con confianza que estamos viendo avances en la libertad y posibilidades para los cubanos de a pie, me gustaría usar una visita como una forma de enfatizar ese progreso», indicó entonces Obama.

El presidente Coolidge viajó a Cuba en 1928 «en un barco de guerra estadounidense», pero la de Obama será una visita «muy diferente», indicó Rhodes, uno de los negociadores de los diálogos secretos previos a la normalización, en un artículo en la plataforma de blogs Medium.

Rhodes sostuvo que el cambio en la política hacia Cuba se ha traducido en mejoras para «las vidas de los cubanos» y el «emergente» sector privado de la isla, y citó como ejemplos el aumento de las remesas enviadas desde EE.UU. y las medidas tomadas por el Gobierno de La Habana «para cumplir su compromiso de ampliar el acceso a internet».

Pero «este progreso es insuficiente» y la visita de Obama a Cuba pretende «abrir más oportunidades» para los viajes y el comercio con la isla, así como dejar claro que persisten «importantes diferencias» con el Gobierno de Raúl Castro, «particularmente sobre derechos humanos», advirtió Rhodes.

Esta semana, los dos gobiernos rubricaron un histórico acuerdo sobre aviación civil que permitirá una conexión regular de vuelos comerciales entre ambos países por primera vez en más de cinco décadas.

Además, el ministro cubano de Comercio, Rodrigo Malmierca, está de visita en Washington en busca de inversiones y ha pedido a Obama que tome más medidas ejecutivas para relajar las restricciones vinculadas al embargo económico que pesa sobre la isla desde 1962.

Obama ya ha adoptado varias medidas para atenuar ese embargo, que solo puede ser levantado por el Congreso de EE.UU., actualmente controlado por los republicanos, que se muestran firmemente opuestos a suprimirlo.

Varios precandidatos republicanos a la Casa Blanca, entre ellos Marco Rubio y Ted Cruz, ambos de origen cubano, han criticado el anunciado viaje de Obama a la isla, al igual que el exilio cubano en EE.UU., que lo considera una concesión al Gobierno de Raúl Castro y que legitima su imagen a nivel internacional.

El exilio cubano lamenta el viaje de Obama como una nueva concesión a La Habana

Miami (EE.UU.), 18 feb (EFE).- El exilio cubano se mostró hoy en contra del anunciado viaje a Cuba del presidente de EE.UU., Barack Obama, al considerar que supone una concesión al Gobierno de la isla, legitima su imagen a nivel internacional y no representará un beneficio para el pueblo cubano.

«Lamentablemente no va a ir a Cuba a festejar la libertad del pueblo cubano, sino a validar la dictadura militar de los Castro», dijo a Efe Silvia G. Iriondo, presidenta de Madres y Mujeres contra la Represión (MAR).

También en unas declaraciones a Efe, Orlando Gutiérrez, del Directorio Democrático Cubano, señaló que su organización está en contra del viaje, pues desde que a fines de 2014 se anunció la normalización de las relaciones entre EE.UU. y Cuba «no ha habido ningún cambio significativo» en lo que se refiere a la libertad y los derechos de los cubanos.

En varios mensajes en su cuenta de Twitter, Obama dijo que durante su visita a La Habana los días 21 y 22 de marzo abordará «directamente» las «diferencias» que existen todavía entre los dos Gobiernos y promoverá «el progreso y los esfuerzos que pueden mejorar la vida de los cubanos».

Sin embargo, Iriondo dijo que el Gobierno de Cuba no ha respondido de manera recíproca a los «pasos unilaterales» dados por la Administración Obama, como la retirada de Cuba de la lista de países que amparan a terroristas.

En términos también contundentes se expresó José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, que señaló que la visita de Obama es una «canallada» y una «ofensa» a la democracia.

Y el presidente del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez, denunció que esta visita no servirá de nada si continúa la misma «vieja» política «detestable» de EE.UU. de apoyar dictaduras en Latinoamérica, aunque en este caso se trate de un régimen de izquierdas.

Con su viaje a La Habana, opinó Sánchez, Obama «avala» la imagen internacional del Gobierno cubano y la trata como si de una democracia se tratase.

Todos ellos destacaron que la represión y la violencia contra los opositores se ha mantenido, sino aumentado, en Cuba desde diciembre de 2014, cuando se anunció un proceso para el restablecimiento de las relaciones bilaterales.

«Se necesitan verdaderas reformas democráticas en Cuba, no las reformas cosméticas» que ha emprendido Raúl Castro, subrayó la presidenta de MAR.

Para Gutiérrez, el viaje de Obama a Cuba obedece a un «empecinamiento por demostrar que su plan ha tenido algún tipo de éxito», que «este tipo de diplomacia produce resultados», cuando es lo contrario, dijo.

Basulto calificó de «vergonzoso» que Obama vaya a ser el primer presidente estadounidense en ejercicio que viaja a la isla en 88 años y lo haga sin consultar al Congreso de EE.UU. y a una comunidad cubana «muy herida durante años por el régimen».

En su opinión, nada «útil» puede salir de este viaje, toda una «traición a los verdaderos intereses del pueblo de Cuba», más allá de «algo de comida en el corto plazo» y acusó al Gobierno de EE.UU. de mantener a los Castro en el poder.

Algo más optimistas se mostraron el Ramón Saúl Sánchez y el escritor y periodista Carlos Alberto Montaner, que anticiparon posibles resultados «fructíferos» si Obama se reúne de manera pública con la disidencia.

Montaner dijo tener informaciones de que esa reunión con los opositores se realizará, a pesar de que el régimen cubano intentó evitarlo de manera infructuosa.

En su opinión, este viaje dará «resultados, pero muy a largo plazo», aunque dudó de que Obama vaya a lograr en el corto una mejoría de los derechos humanos y civiles en la isla a través de mejores relaciones diplomáticas con La Habana.

Además, dijo Sánchez, durante el viaje, el presidente de EE.UU. debería hablar sobre los balseros, la «reunificación de la familia cubana», el «derecho al retorno a los que piensan diferente» y un proceso de elecciones libres, que debería incluir la existencia de prensa libre y partidos políticos.

«Pedimos que más de un año después de que se conectase con el régimen empiece a hacerlo con el pueblo cubano, pero está por verse, y por eso la gente se está marchando de la isla a borbotones», dijo Sánchez.

Montaner apuntó que para mejorar la situación de los derechos humanos primero debe haber «voluntad» por parte de los hermanos Castro y no hay «síntomas» de que pueda ser así, pues, afirmó, se siguen manteniendo las «palizas» a los disidentes.

El reconocido analista consideró un error de cálculo de Obama que el viaje se realice en marzo y no en abril, después del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, previsto del 16 al 19 de ese mes, y en el que, opinó, Fidel Castro va a «garantizarse» la «línea de permanencia de la revolución».

EFE

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