El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, pidió hoy que la virtual candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, no acceda a más información confidencial por miedo a que ponga en peligro secretos de Estados Unidos.
En una carta dirigida al director de la Oficina Nacional de Inteligencia de EEUU, James Clapper, Ryan pide que los servicios de inteligencia estadounidenses no entreguen a Clinton un informe clasificado después de que el Partido Demócrata la designe su candidata a la Presidencia en la convención que celebrarán este mes.
Esta tradición se remonta a 1952 y sirve para los aspirantes de los dos partidos, también para el virtual candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
«No existe ningún requisito legal para proporcionar a la secretaria Clinton información confidencial», dice Ryan en su misiva, en la que cita las conclusiones del FBI sobre el caso de los correos de Clinton.
«Creo firmemente que esto (negar a Clinton acceso a información confidencial) es necesario para asegurar al público que los secretos de nuestro país están seguros», subraya Ryan en su carta.
El martes pasado, el director del Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey, anunció que su agencia no recomendaba al Departamento de Justicia procesar a Clinton por el uso que hizo de varios servidores de correo electrónico privados para asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado, entre 2009 y 2013, pero calificó de «muy negligente» el uso que hizo de sus comunicaciones.
El caso sobre los correos de Clinton quedó ayer cerrado después de que la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, confirmara que el Departamento de Justicia no presentará cargos contra Clinton al aceptar las recomendaciones del FBI.
La polémica creada por los correos electrónicos se inició a comienzos de 2015, cuando los medios estadounidenses difundieron que, durante sus cuatro años en el Departamento de Estado, Clinton usó en todo momento una cuenta personal para sus comunicaciones.
La exsecretaria reconoció entonces que habría sido «más inteligente» usar una cuenta oficial y entregó en octubre del año pasado 55.000 páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado, que publicó comunicaciones de la aspirante presidencial de manera mensual hasta el 29 de febrero.
Washington, 7 jul (EFE).- Los republicanos de la Cámara baja de EE.UU. acusaron hoy al director del FBI, James Comey, de haber utilizado un «doble estándar» para investigar el uso que hizo Hillary Clinton de varios servidores de correo electrónico privados para asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
«Creo que hay una preocupación legítima de que hay un doble estándar. Si su nombre no es Clinton o usted no es parte de la elite poderosa, entonces la Justicia actuará de manera diferente», afirmó el presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, Jason Chaffetz.
Chaffetz aseguró que se sintió «desconcertado y confundido» cuando el martes Comey dijo al Departamento de Justicia que no presentara cargos contra Clinton, a pesar de que hay evidencias de que ella y sus ayudantes fueron «muy negligentes» en el manejo de información clasificada.
Muchos republicanos se han expresado decepcionados por la decisión de Comey, a quien veían como un eventual aliado contra Clinton porque está registrado como republicano y ocupó cargos de gran importancia a las órdenes del expresidente George W. Bush antes de ser nombrado como director del FBI en 2013 por el actual mandatario, Barack Obama.
«Parece que la gente normal, si hubiera hecho lo que usted dice, estarían ahora mismo esposados y de camino a la cárcel», consideró Chaffetz en un intercambio con Comey.
Frente a las críticas, el jefe del FBI defendió su investigación «apolítica y profesional» con la que revisó durante más de un año 30.000 correos electrónicos enviados y recibidos a través de varios servidores privados, instalados en numerosos dispositivos móviles, que la exsecretaria de Estado usó dentro y fuera de EE.UU.
Durante la tensa audiencia, Comey reconoció que entre esos 30.000 correos había tres mensajes que contenían párrafos con información clasificada, una cualidad que estaba marcada con la letra «c» en mayúscula y colocada entre paréntesis.
«Creo que ningún fiscal razonable habría presentado este caso», subrayó Comey.
«Veo evidencias de una gran negligencia. Pero no veo evidencias suficientes para establecer que la secretaria Clinton o aquellos con los que ella mantenía correspondencia, hablaran sobre información clasificada por correo o supieran que lo que estaban haciendo iba contra la ley», defendió el jefe del FBI.
Durante la audiencia, Chaffetz, uno de los republicanos más influyentes de la Cámara baja, avisó que pedirá formalmente al Congreso que se investigue si Clinton mintió cuando declaró este sábado, durante tres horas y media, en la sede del FBI en Washington.
El republicano hizo referencia a que Clinton declaró «bajo juramento», pues mentir después de haber jurado decir la verdad puede constituir un delito de perjurio.
Al preguntarle sobre este asunto, Comey dijo que Clinton no prestó juramento cuando declaró el pasado sábado y que el interrogatorio no se grabó en vídeo, como marca la política del FBI.
El líder de la mayoría republicana en el Senado de EE.UU., Mitch McConnell, pidió ayer al FBI que revele el contenido de la conversación que sus agentes mantuvieron con Clinton y hoy los legisladores republicanos insistieron sobre este punto.
La vertiente judicial del caso sobre los correos de Clinton quedó ayer oficialmente cerrada después de que la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, confirmara que el Departamento de Justicia no presentará cargos contra la ex primera dama al aceptar las recomendaciones del FBI.
Sin embargo, la comparecencia del jefe del FBI ante el Congreso marca el comienzo de un nuevo capítulo de luchas políticas de cara a la convención demócrata que se celebrará entre el 25 y el 28 de julio en Filadelfia (Pensilvania), en la que Clinton será designada oficialmente como candidata para las elecciones de noviembre.
EFE