Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron un elevado número de histerectomías hechas en un centro de detención de migrantes en Georgia, y una detenida describió lo ocurrido como “un experimento de un campo de concentración”. “Cuando conocí a todas esas mujeres que habían pasado por cirugías, pensé que esto era como un experimento en un campo de concentración.
Era como si estuvieran experimentando con nuestros cuerpos”, contó una detenida entrevistada por la organización Project South, según una denuncia inicialmente hecha ante el gobierno por la situación sanitaria del lugar en medio de la pandemia de covid-19.
La denuncia sobre las extracciones de útero o histerectomías nació después de que la enfermera Dawn Wooten filtrara información sobre las prácticas sanitarias en la prisión migratoria de Irwin, en Georgia, que es un centro operado por privados.
La información filtrada denuncia una “negligencia médica” ante la pandemia del nuevo coronavirus, que ha dejado 42 casos confirmados en este centro. En Estados Unidos -el país del mundo con más casos de la enfermedad- hay 5 686 contagiados en las prisiones migratorias que tienen una población de 20 000 detenidos, según cifras del Servicio de Inmigración (ICE).
“Esta queja lanza una alerta sobre la tasa de extirpaciones del útero a las que son sometidas las mujeres migrantes”, señaló la denuncia. Una detenida le dijo a la organización Proyect South que en 2019 este centro envió a muchas mujeres a ver a un ginecólogo particular fuera del centro, pero que algunas desconfiaban de este médico.
“Muchas mujeres son sometidas a una histerectomía”, señaló la mujer. La enfermera que filtró la información confirmó su preocupación por la alta tasa de mujeres que fueron sometidas a histerectomías, afirmando que si bien a veces este procedimiento está indicado, “no puede ser que los úteros de todo el mundo estén mal”.
La enfermera también denunció que las inmigrantes no entendían a cabalidad el procedimiento ya que muchas no hablaban inglés y las enfermeras se comunicaban con ellas mediante ‘Google translator’, en lugar de usar una vía especial habilitada para procedimientos médicos.