Hace nueve años el presidente Barack Obama creó la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Sin embargo, estos inmigrantes que fueron traídos por sus padres a Estados Unidos a temprana edad deben renovar sus permisos cada dos años, lo que implica invertir tiempo y dinero, en medio de la promesa de congresistas por aprobar una reforma migratoria que les permita el camino a la ciudadanía.
Algunos jóvenes inmigrantes expresaron que, aunque DACA le proporciona “cierta certeza”, sigue el temor a perder la protección, lo cual podría terminar con una decisión del Congreso.
Aunque los demócratas tienen mayoría en el Congreso, ésta es mínima, lo que obliga a un acuerdo bipartidista con 10 republicanos seguros de votar a favor de la Ley de Sueño y Promesa (American Dream and Promise Act), la cual ya fue aprobada en la Cámara de Representantes y espera su turno en el Senado, donde no hay consenso.
De este modo, los ‘dreamers’ llegan a un aniversario más del programa creado por Obama que les dio cierta protección, con poca certeza de una reforma migratoria, aunque con esperanza de que este año la situación cambie.