Clinton y Sanders difieren en cómo normalizar relaciones con Irán

Los precandidatos demócratas a la Presidencia de EEUU Hillary Clinton y Bernie Sanders difirieron hoy en la velocidad con la que normalizar las relaciones con Irán tras el levantamiento de las sanciones anunciado este fin de semana.

Clinton, que celebró el acuerdo nuclear como parte de su legado como secretaria de Estado (2009-2013), abogó por no acelerar el proceso y vigilar a Irán con mucho cuidado, mientras que Sanders pidió normalizar las relaciones con premura en el último debate demócrata antes de las primarias.

«Debemos normalizar lo más rápido posible las relaciones con Irán, sabiendo que es inaceptable su retórica antiestadounidense y su financiación del terrorismo», dijo el senador en el debate emitido por la cadena NBC desde Charleston (Carolina del Sur).

«Quiero que la relación sea lo más positiva posible, no digo que tengamos que abrir una embajada mañana, pero el trabajo debe ser igual que el que se hizo con Cuba», explicó el legislador por Vermont.

Clinton, por su parte, llamó a la cautela y defendió el éxito de las sanciones que impuso a Irán como jefa de la diplomacia estadounidense y «que obligaron al país a negociar un acuerdo nuclear».

«Tenemos que vigilarlos con mucho cuidado. Hemos tenido un buen día, necesitamos más buenos días hasta que vayamos más rápido con la normalización», defendió la ex primera dama.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó el sábado la orden ejecutiva para el levantamiento de las sanciones tras la confirmación por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica de que Irán cumplió las exigencias para poner en marcha el acuerdo, que prevé limitar varios aspectos del programa atómico iraní durante períodos de entre 10 y 25 años, a cambio de levantar las medidas punitivas.

Clinton reprocha a Sanders haber apoyado las medidas favorables a las armas

Washington, 18 ene (EFE).- La precandidata demócrata a la Presidencia de EEUU Hillary Clinton reprochó hoy a su principal rival, el senador Bernie Sanders, haber apoyado medidas favorables a los grupos de presión de las armas de fuego en el último debate del partido antes de las elecciones primarias.

«El senador Sanders ha votado con la Asociación Nacional del Rifle (NRA), con el lobby de las armas, muchas veces. Votó por la inmunidad de los fabricantes y vendedores de armas. No hay ninguna industria en el país a la que se le haya dado eso, y esto tiene que revertirse», dijo Clinton en un debate emitido por la NBC desde Charleston (Carolina del Sur).

La ex secretaria de Estado celebró asimismo el cambio de opinión del senador sobre esa ley de inmunidad, que un día antes del debate el legislador se mostró abierto a revisar.

Sanders anunció el sábado en un comunicado su satisfacción por que haya llegado al Congreso una propuesta de ley que prevé retirar la inmunidad a los vendedores y fabricantes de armas, lo opuesto a lo que votó en 2005.

«Tengo un suspenso en votos para la NRA, en Vermont fui firme contra el lobby de las armas, me opongo a que se vendan en este país armas de estilo militar, estoy a favor de la revisión de antecedentes instantánea», se defendió Sanders de las críticas de Clinton.

No obstante, volvió a defender el argumento por el que votó a favor de la citada ley en 2005.

«Si alguien tiene una tienda pequeña de armas y caen en las manos incorrectas, ¿Tenemos que culparles a ellos? Debemos volver a revisarlo», dijo.

Clinton enfatizo su crítica asegurando que la NRA consideró en su día la legislación sobre inmunidad «la ley más importante» que se había aprobado sobre el asunto.

El tema de las armas evidenció hoy la creciente tensión entre las campañas de Clinton y Sanders a medida que se acercan las primarias y con la distancia entre los dos acortándose en Iowa Y Nuevo Hampshire, después de meses en los que la ex primera dama fue considerada la candidata inevitable.

El tercer demócrata en liza, Martin O’Malley atacó a sus dos rivales diciendo que ambos tenían un historia «inconsistente» en políticas sobre armas de fuego y defendió que él, ex gobernador de Maryland, es el único que aprobó una legislación importante para el control de la venta de armas.

Todos los candidatos mencionaron en sus intervenciones sobre las armas el tiroteo que el 18 de junio de 2015 dejó nueve muertos en una iglesia metodista de Charleston, la ciudad donde se celebró el debate.

Clinton, que cuenta con un amplio apoyo entre las minorías afroamericanas y latinas, hizo una encendida defensa de la reforma del sistema criminal, un asunto en el coincidieron los tres candidatos.

«Ha sido muy doloroso ver historias de jóvenes afroamericanos matados por policías. Tiene que haber un esfuerzo concertado para abordar el racismo sistémico de nuestro sistema de justicia criminal», afirmó la ex secretaria de Estado.

Sanders denunció por su parte que el sistema de justicia criminal del país está «roto» y señaló la desproporción de encarcelamientos de latinos y afroamericanos.

«¿Quién está satisfecho de que tengamos más gente en la cárcel que ningún país de la Tierra, incluido China?», preguntó el senador.

Preguntado por cómo será el nominado de su partido con la ventaja que le lleva Clinton con las minorías, Sanders recordó que la distancia entre ambos candidatos se ha acortado mucho a nivel nacional y pronosticó que lo mismo pasará entre votantes afroamericanos y latinos.

El control de armas, la brecha entre los aspirantes demócratas a la Casa Blanca

Washington, 17 ene (EFE).- La polémica del control de armas en Estados Unidos se ha convertido en la principal brecha ideológica entre los aspirantes demócratas a la Casa Blanca, un asunto que refleja probablemente las mayores diferencias entre los dos favoritos a la candidatura, Hillary Clinton y Bernie Sanders.

Mientras el presidente Barack Obama pronunciaba el pasado martes su último discurso del Estado de la Unión, en el que manifestó su rechazo a la violencia armada y su convencimiento de que el país necesita poner fin a esa lacra, la campaña de la ex secretaria de Estado publicaba un nuevo anuncio: «Estoy con él», rezaba.

Clinton, quien ha liderado las encuestas para convertirse en la candidata a la Presidencia por su partido, está viendo cómo su principal rival, el senador por Vermont Bernie Sanders, le amenaza en los sondeos en vísperas de las primarias, cuyo pistoletazo de salida tendrá lugar en Iowa a principios del mes próximo.

Lejos de protagonizar grandes enfrentamientos, los dos candidatos, junto al tercero en liza, Martin O’Malley, han demostrado tener más puntos en común que diferencias, sobre todo en comparación con la abrupta campaña escenificada por los republicanos.

Sin embargo, el control de armas, algo a lo que los republicanos se oponen unánimemente, y una posible reforma del sistema para acceder a ellas se ha erigido en el campo de batalla en el que la también ex primera dama ha decidido centrar sus esfuerzos para marcar distancias y ganar adeptos.

«Cuando realmente importaba, el senador Sanders votó a favor del lobby de las armas, yo he votado en contra del lobby de las armas», dijo Clinton en una entrevista reciente con la cadena MSNBC, citando el apoyo de su rival en 2005 para un proyecto de ley que concedía protecciones legales para los fabricantes de armas.

«Esta es una diferencia importante y tal vez es hora de que el senador Sanders dé un paso adelante y asuma que se equivocó», añadió la aspirante a la Casa Blanca.

El senador, originario de un estado eminentemente rural y socialmente favorable a la libre posesión de armas, tiene así en este asunto su «talón de Aquiles», aunque ya ha insistido en estar abierto a una reforma legislativa sobre el tema.

«Bernie ha sido un firme partidario de aumentar la seguridad sobre la tenencia de armas desde que perdió su primera candidatura para el Congreso, en una campaña en la que apoyó la prohibición de las armas de asalto», defendió Jeff Weaver, director de campaña de Sanders, en un comunicado.

No obstante, la batalla sobre el control armamentístico ha hecho que Clinton logre importantes respaldos electorales por parte de algunos de los baluartes mediáticos en esta materia en el país, como la excongresista Gabby Giffords, sobreviviente de un tiroteo que le dejó serias secuelas, o Sybrina Fulton, la madre de Trayvon Martin, el joven negro asesinado a tiros.

Obama anunció este mes una nueva serie de medidas ejecutivas para atajar la violencia armada tras un 2015 en el que se repitieron varios tiroteos masivos, entre ellos uno con nueve muertos en octubre en una universidad de Oregón y el de diciembre en San Bernardino (California), donde murieron 14 personas y que se investiga como un «acto de terrorismo».

Aunque ya lo intentó sin éxito en 2012, tras la terrible matanza de la escuela Sandy Hook en Newtown (Connecticut), en la que perdieron la vida una veintena de niños, Obama ha tratado de poner de nuevo el foco en los problemas derivados de la violencia armada, que deja al año alrededor de 30.000 muertos por incidentes vinculados a las armas en el país.

Aún así, pese a su insistencia, los republicanos se niegan en rotundo a actuar desde el poder Legislativo, y lejos de provocar un cambio real, el alcance de este nuevo interés político por el control de armas podría limitarse meramente al seno de la batalla electoral por la candidatura demócrata a la Casa Blanca.

EFE

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