Bailes, cafés y alta participación animan las elecciones primarias de EE.UU.

A golpe de bailes y litros de café, los votantes de cinco estados de EE.UU. acudieron hoy en masa a las urnas con la misión de elegir al próximo candidato presidencial demócrata y republicano, un papel que no suelen desempeñar porque cuando votan ya está todo decidido.

«Esta es la primera vez que voto en unas primarias porque normalmente cuando el proceso llega hasta nosotros ya no cuenta, los candidatos han sido seleccionados y no tenemos voz», contó a Efe Peter McCanaug a las puertas de un colegio electoral de Rockville, en Maryland, uno de los cinco estados que hoy celebra primarias.

Las fuertes rivalidades dentro de la carrera demócrata y republicana por la Casa Blanca han mantenido el interés en el proceso y, por eso, las autoridades locales pusieron hoy sobre las mesas más papeletas y más pegatinas (calcomanía) ante la posibilidad de que se batan récords de participación.

Las estadísticas muestran que los nuevos votantes se decantan por Bernie Sanders, rival de Hillary Clinton en la carrera demócrata, y el magnate Donald Trump, aspirante presidencial republicano.

«He votado por Trump porque él parece entender mejor los problemas de este país», resume McCanaug, que en 1993 se mudó a Rockville, una ciudad próspera y cercana a Washington, pero que se crió en Vail, una zona industrial venida a menos de Nueva Jersey y terreno favorable para Trump.

De hecho, las encuestas dan a Trump una victoria fácil en el estado de Pensilvania, el premio gordo de hoy por el alto número de delegados que reparte (71 para los republicanos) y en donde el mayor nido de votos del magnate podría estar en Pittsburgh, la antigua «ciudad de acero» que ha perdido gran parte de su industria siderúrgica.

«Cuando vives en un área como esta -dice McCanaug señalando los árboles- no hay mucha gente que esté herida por las políticas de las que Trump habla, pero vas al sitio al que crecí, a las ciudades industriales y la gente está sufriendo, se burlan de ellos por defender su propio bienestar».

La escuela elemental Fallsmead, donde votó McCanaug, se convirtió hoy en un hervidero de actividad, con decenas de carteles con el nombre de los candidatos, largas filas y una gran mesa, colocada fuera del recinto y en donde dos mujeres repartían a los vecinos café, zumos, panecillos, galletas y bocadillos.

También fuera del colegio, una radio hacía sonar algunas de las canciones de moda y un grupo de niñas bailaba sin parar.

«Esto es una fiesta muy divertida», resumió Jim Marrimon, que desde hace más de 20 años informa a los nuevos votantes con las pegatinas y panfletos que reparte a las puertas de la escuela elemental Fallsmead, en donde estudiaron sus dos hijas.

El Partido Demócrata y el Republicano tienen fuera de los colegios electorales a un representante que cuenta a los votantes y los clasifica según su afiliación política.

Marrimon es el representante demócrata de la escuela elemental Fallsmead, considera su «deber» ayudar a sus vecinos y entiende el voto como un proceso casi sagrado.

«Quiero votar con mi mujer, tengo que ir a buscarla a casa. Voy a votar por Hillary. Aunque tiene algunos factores negativos, lo cierto es que tiene una maravillosa experiencia, fue senadora, secretaria de Estado. Está muy bien cualificada», resaltó Marrimon.

Los viejos y nuevos votantes se mezclan en los pasillos del centro de votación con niños, que hoy no tienen clase pero que, en algunos casos, se acercaron a ayudar con las votaciones.

Uno de esos voluntarios es Andrew Hawley, de 13 años, y que hoy se encargó de saludar a los votantes que acudían al centro de votación, responder dudas y repartir pequeñas pegatinas blancas con el lema «he votado» en azul y una bandera estadounidense.

Estas pegatinas, que los votantes se colocan en chaquetas (abrigos), camisas o incluso en la cara, ganaron popularidad en el año 2000 pero ahora han vuelto a ponerse de moda y algunos expertos como la profesora Mary Stuckey de la Universidad estatal de Georgia creen que incentivan el voto.

«Muchas gracias por su voto», repitió hoy durante horas el pequeño Hawley, que tenía que ponerse de puntillas para repartir las pegatinas a algunos de los votantes más altos.

Las primarias presidenciales de EE.UU., un largo proceso que comenzó en febrero y hoy viven Pensilvania, Maryland, Connecticut, Rhode Island y Delaware, sacuden todos los aspectos de la vida pública y privada.

Involucran a pequeños y grandes y hace que algunos, sin ningún tipo de remilgo, llamen por teléfono a sus vecinos o toquen a su puerta para recordarles que hoy es día de primarias.

EFE

Check Also

Obama y Harris celebran la victoria de Susan Crawford, una jueza que «defenderá derechos»

(El Mexicano News – EFE).- El expresidente Barack Obama y la exvicepresidenta Kamala Harris celebraron la …