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La necesidad de estar protegido y el poco dinero llevó a Efraín Hernández, un empleado de seguridad privada, a crear su propia mascarilla a partir de artículos reciclados y productos de farmacia a bajo costo.
El empleado añadió que una de las formas para protegerse del COVID-19, mientras viaja en el transporte público, consiste en crear una mascarilla con una botella de gaseosa, gasas y algodón que consiguió por poco menos de $5.00 en un farmacia de su localidad.
“Esto lo hice porque no me ajustaba el dinero para comprar mascarillas desechables. Son gastos que no puedo permitirme”, dijo.
La idea surgió luego de ver un video en YouTube. Efraín comentó que todas las personas observaron su particular tapabocas que con facilidad se confunde con los más costosos del mercado.
“Lo que hice fue cortar la botella con la forma de una mascarilla para que quedara cómoda. Le coloqué algodón, una gasa como filtro y hasta ahora no me he enfermado”, explicó.
Según las estadísticas, el municipio de donde proviene Efraín tiene 24 casos confirmados. Así como él, muchos usuarios del transporte público se las ingeniaron para evitar contagiarse en las unidades. En la lista para protegerse de Efraín están: mantener la distancia, utilizar alcohol en gel y lavarse las manos. “No hay excusas para no protegerse del virus”, aseguró.
