Recordando pasajes de mi infancia, recuerdo mis navidades, mi hermana mayor acostumbraba allevarnos al famoso «avenidazo» donde se tiraba confeti, ¡se pasaba bien! Siempre nos decía: «Vamos para que llenen la carta del Niño Dios, a la universal.” Otra de las tiendas más famosas acá en nuestro país Costa Roca. Veíamos los juguetes y llenábamos la famosa carta. Llegaba el 25 de diciembre y sorpresa, la carta se había extraviado. Siempre hubo regalos en el árbol, pero yo me cuestionaba, ¿y la carta? ¿Qué sucedió? Éramos 7 hermanos; había un triciclo grande de los de antaño que se fue heredando de hermano en hermano. Se reconstruía y se ponía en el árbol nuevamente. Era un As, que tenía mi mamá bajo la manga. Le dimos duro a ese triciclo. A principios de los años 70, salieron las famosas chopper. En el barrio donde vivía en ese entonces, cerca del bar O que estaba contiguo a Los Antojitos en Tibás, lugar donde viví y vivo acá en Costa Rica. A varios vecinos les trajo el Niño el flamante vehículo. Nuevamente la carta falló. En esos años inauguraron un centro comercial llamado el «Más x Menos». La gente iba a conocer; se escuchaban rumores de que era como en Estados Unidos. Era un «bummm». Obvio, fuimos todos enchaquetados a conocer. Veía con asombro 4 bicicletas chopper en la ventana colgadas. Mi mamá hizo una pequeña compra y ¡zas! Llegó la Navidad, y no podía creer lo que vieron mis ojos: ¡una chopper en el árbol! Con esa pequeña compra, mi mamá se sacó una de las 4 que rifaban. Fue una de las mejores navidades que tuve. En estos días, se me vienen muchas cosas a la mente, y pienso que tal vez mi mamá puso ese tiquete con el único pensamiento de sacar esa rifa para hacernos una Navidad muy feliz. Pudo haberla vendido para sanar un poco su economía, pudo haber hecho muchas cosas, pero decidió darnos una feliz Navidad. ¡Gracias, mami, por tantos sacrificios y tantas navidades felices!
Jorge Isaac
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