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Cuando inició la pandemia de COVID-19, el expresidente Donald Trump implementó el Título 42 del Código de los Estados Unidos, el cual permite al Director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) prohibir la entrada de extranjeros al país por cuestiones de salud.
Es decir, la regla permite que cualquier funcionario de aduanas, que incluye a los funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), aplicar la medida, es decir, detener a los inmigrantes y procesarlos para su expulsión inmediata.
La orden aplica desde el 20 de marzo del 2020 y su discrecionalidad permitió al gobierno del presidente Joe Biden aceptar a los niños migrantes cuya llegada aumentó en la frontera a inicios de año, pero mantuvo la medida para adultos, principalmente aquellos que llegan solos.
Hasta mayo pasado, CBP reportó que ha detenido y expulsado 648,185 inmigrantes bajo el Título 42, aunque también aplica el Título 8, en referencia a los extranjeros que piden asilo, pero son inadmisibles, los cuales suman hasta ese mes 249,616. En total, por ambas reglas, los agentes han procesado a 897,801 no-ciudadanos en el año fiscal 2021, que termina en septiembre.
La orden aplica tanto en la frontera con México como con Canadá, aunque en la primera es donde se concentra la mayor parte de las acciones de la ley, que no aplica a quienes tienen Residencia Permanente ni a sus esposos o hijos.
