Entre todos los datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), uno de los más reveladores fue la dramática caída de fieles católicos en territorio nacional durante la última década:
Según los datos de población total por grupo religioso, el catolicismo se convirtió en la religión que más adeptos ha perdido desde el último ejercicio estadístico, realizado en 2010: el INEGI reporta que del 82.7 % de la población que se consideraba católica hace una década, la cifra se redujo a 77.7 %, es decir, 97.8 millones de creyentes en territorio nacional.
Aunque aún se trata de una mayoría abrumadora, lo cierto es que para un país en el que hace un siglo el 99 % era católico, se trata de una disminución sin precedentes, que confirma una tendencia sostenida a la baja, agudizada en el siglo XXI.
Algunas de las razones del descenso pronunciado en creyentes católicos podrían estar en los constantes escándalos de pederastía al interior de la Iglesia, su posición respecto a los derechos reproductivos de las mujeres y otros temas que considera, van en detrimento de su moral.