Los migrantes podrán participar como candidatos a diputados federales en México a partir de las elecciones de este 2021 después un largo camino para mostrar sus inconformidades, y buscar oídos para que se les considerara personas con derechos políticos no sólo para votar sino ser votados. Esta semana el legislativo deberá plasmarlo en la ley.
Fue una batalla larga y tortuosa que se ganó sólo a punta de demandas y tribunales porque casi nadie en la vida pública mexicana lo quería: ni partidos políticos ni autoridades electorales.
Los derechos políticos de los migrantes se han otorgado a cuentagotas. El voto de los mexicanos en el exterior se aprobó sólo para presidente de la República; para que se les permitiera votar por senadores tardó un tiempo más y actualmente sólo 20 de los 32 estados reconocen el voto de la diáspora para gobernadores.
Además, sólo cuatro entidades cuentan con figuras de diputación local migrante: la Ciudad de México, Durango, Guerrero y Zacatecas.
