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Bryant Rozier – El Mexicano New
Luz Ostrognai ha trabajado para Catholic Charities Diócesis de Fort Wayne-South Bend (CC, por sus siglas en inglés) durante 20 años y 18 años como supervisora de inmigración de la organización sin fines de lucro; ella es una representante debidamente autorizada por el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés). “Mucha gente está sacando provecho de la comunidad de inmigrantes y refugiados”, indicó. «No se puede poner en riesgo su estatus migratorio».
“La comunidad necesita trabajar con una agencia debidamente reconocida por el Departamento de Justicia. Caridades Católicas tiene esa designación desde el 2002”, declaró. Es muy importante tomar eso en cuenta cuando se trata de tramites de inmigración, porque muchas cosas pueden salir mal y hay mucho en juego.
Durante la Administración Trump, prevaleció un clima de miedo, explicó Ostrognai, a medida que las nuevas políticas cambiaban rápidamente. «Todos los días era algo nuevo». A pesar de la dificultad y los “tiempos difíciles”, Caridades Católicas aún pudo ayudar; la organización sin fines de lucro recibe clientes de todas partes del mundo: Birmania, Centroamérica, Croacia, Kenia, Perú, Rusia y Vietnam.
“Pero ahora [con el presidente Biden], al menos vemos un enfoque más humano para todo el sistema”, indicó, citando sus primeras órdenes ejecutivas que fortalecieron la integración e inclusión de más de 40 millones de personas nacidas en el extranjero y sus familias que viven en los Estados Unidos, siendo este el primer paso para desmantelar la agenda de inmigración de Trump “Primero Estados Unidos”. Los cambios reformarán ampliamente la política, pero no de inmediato, según los expertos. «Saber que alguien está trabajando para mejorar toda la situación es un alivio», señaló.
Ostrognai dijo que el sistema de inmigración, en general, necesita un poco más de humanidad, no solo para leyes y políticas específicas. El gobierno necesita un enfoque más flexible, porque aquellos quienes nos brindan servicios esenciales (inmigrantes y refugiados) los han ignorado por mucho tiempo. «Tenemos tantas personas que han estado en este país durante tanto tiempo que ni siquiera tienen multas por exceso de velocidad», explicó. «Trabajan; pagan sus impuestos, pero temen ser separados de sus familias.
«Entendemos que este es un país de leyes y reglamentos».
La propia Ostrognai nació y se crio en Colombia, Sudamérica. Su padre, Alfonso Agudelo, era ingeniero agrícola y trabajaba en el control de calidad para garantizar que se mantuvieran los estándares cuando las granjas vendían sus productos a las tiendas. Se levantaba cuando lo hacían los agricultores, a las 4 de la mañana. “Era una persona muy trabajadora que estaba muy orgulloso de su profesión y de mantener a su familia”, expresó.
Los Agudelo tenían una pequeña granja, a pesar de no vivir en ella, ahí criaban vacas, caballos y cultivaban tomates y café. Alfonso murió cuando Ostrognai, la hija del medio era pequeña. Melva Agudelo, ama de casa de toda su vida, se hizo cargo del negocio familiar en la finca, mientras criaba a tres hijos, un hijo y dos hijas.
«Ella sabía lo que tenía que hacer», indicó Ostrognai. “Tenía hijos que criar; era fuerte y aprendía rápido y tenía que ser el [papá] y la [mamá] hasta que tuviéramos la edad suficiente para ser independientes «.
Ostrognai y sus hermanos trabajaban en la granja y no pudieron evitar aprender a ser independientes. «Ella nos enseñó que cualquier cosa que vayas a hacer, tienes que hacerlo bien».
Cuando llegó el momento de ir a la universidad, Melva le oriento a Ostrognai, que estaba pensando estudiar diseño de interiores, hacia una carrera con más estructura, como la administración de empresas. (Sin embargo, todavía le gusta el diseño de interiores). Cuando se mudó a los Estados Unidos, estudio en IU Bloomington (una prima suya le recomendó esta universidad), continuó su exploración en los negocios mientras estudiaba inglés como segundo idioma.
Ostrognai consiguió un trabajo con CC, con el cargo de gestión de casos para la comunidad hispana, asegurándose de que conocieran los recursos, ayudando con las citas, etc., para que se familiaricen con el sistema, «para que después pudieran hacerlo ellos mismos», dijo. (Ostrognai conoció a su esposo en Fort Wayne; su nuevo trabajo aquí y su puesto en CC no les permitió mudarse).
Pero había tanta necesidad de brindar ayuda en el área de inmigración. Cuando surgió una oportunidad para hacerse cargo de la dirección de los servicios de inmigración, después de que el (entonces) abogado de la organización sin fines de lucro se fue, ella respondió a la llamada y comenzó la capacitación. Eso ocurrió hace ya 18 años.
Para concertar una cita con Luz Ostrognai en Catholic Charities, llame al (260) 422-5625. La organización sin fines de lucro está ubicada en la 915 South Clinton St., Fort Wayne, IN 46802
