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(EFE).- El representante del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Centroamérica, Alberto Brunori, destacó hoy en declaraciones a Efe la decisión del Supremo de EE.UU. de dar paso a la extradición a España de un militar por la masacre de cinco jesuitas españoles en 1989.
«Es un mensaje de que en los hechos criminales que se han cometido en el conflicto (guerra civil) aquí en El Salvador no va a haber impunidad nunca», porque pese a que «hayan pasado 28 años (del crimen) algo se mueve la Justicia», señaló Brunori.
Brunori -quien acompañó al alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, en una visita de dos días en El Salvador- sostuvo que este hecho también «demuestra de que la Justicia universal no tiene fronteras» y «me parece importante que no hayan escondites en ningún lado del mundo».
El Tribunal Supremo de EE.UU. avaló el miércoles pasado la extradición a España del coronel retirado y exviceminitro de la Defensa salvadoreña, Inocente Montano, acusado de asesinar a cinco jesuitas españoles, entre ellos Ignacio Ellacuría, durante la guerra civil de El Salvador (1980-1992).
Montano es el primer uniformado salvadoreño que responderá ante la Justicia española por este crimen, mientras que la Corte Suprema salvadoreña ha negado la extradición de otros 16 implicados que requiere la Audiencia Nacional de España.
Los otros cuatro sacerdotes asesinados la noche del 16 de noviembre de 1989 son los también españoles Amando López, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes e Ignacio Martín Baró, así como el salvadoreño Joaquín López y sus colaboradoras Elba y Celina Ramos.
Por este crimen solo está en prisión el coronel retirado Guillermo Alfredo Benavides, uno de los dos condenados a 30 años de cárcel en un juicio en 1992.
