Bryant Rozier
El Mexicano News
En la madrugada del 29 de marzo de 2021, Adam Toledo, de 13 años, fue asesinado por la policía durante una persecución a pie en el vecindario de La Villita en Chicago, Illinois. Semanas después de su muerte, el incidente hizo llorar a Jorge Oliva, residente de Fort Wayne. Instintiva y emocionalmente le hizo recordar los eventos del año anterior, el asesinato (también capturado en video) de George Floyd. (El ex oficial de policía Derek Chauvin recientemente fue declarado culpable de su asesinato).
Antes de que el video, capturado desde un teléfono celular, del asesinato de Floyd recorriera el mundo, Oliva admitió que tenía dudas con respecto a los asuntos raciales. A pesar de tener antecedentes criminales y ser una persona de color, eso no cambió su perspectiva. Oliva nos describió su experiencia cuando vio el video de Floyd, «ni siquiera pude ver los ocho minutos completos». Se detuvo a los cinco minutos. Oliva lloró mientras nos relataba su experiencia, «Tengo 27 años y no he gritado el nombre de mi mamá desde que tenía 16 o 17», expreso sobre las últimas palabras de Floyd.

Con ganas de hacer algo al respecto, Oliva se unió a las protestas de Black Lives Matter que se dieron lugar en el centro de Fort Wayne la primavera pasada. Trajo un letrero que decía «La vida de los Latinos importa». Algunos se sintieron ofendidos, pero otros lo apoyaron.
Oliva se fue de la protesta, pero regresó 20 minutos después cuando se enteró de los disturbios con la policía. “Nos lanzaron gases lacrimógenos, nos dispararon [con balas de goma]”, explicó. “La gente fue pisoteada en el suelo”.
“La desobediencia civil ha funcionado en nuestra historia”, dijo, en términos de efectuar cambios sociales.
Oliva cuenta como los manifestantes se enfurecieron durante la protesta que hoy en día se conoce como Barrage Sunday. “Ya estábamos hartos”. Para entonces, en el transcurso del corto lapso, Oliva era uno de los líderes. No EL líder, sino una de las voces más destacadas. Los manifestantes más jóvenes, traían bates; él se encargó de quitárselos, recordó. Según Oliva, mientras sostenía un bate, «tratando de calmar la situación», fue arrestado y acusado de disturbios (alrededor de siete cargos en total) y fue puesto bajo custodia de inmigración durante unos meses. La comunidad donó fondos para su fianza, con ayuda de su socia empresarial Stephanie Byus, quien también donó parte de su dinero y brindó asistencia con los trámites de inmigración.
Oliva, fue liberado en julio, todavía está esperando la fecha de su audiencia para decidir si será deportado. No tiene estatus migratorio. Él comparó su situación actual con la de los niños que fueron separados de sus familias durante el impulso migratorio de la administración Trump. “Pudo haber sido uno de esos niños en las jaulas”, señaló. «El sistema esta diseñado para mantenernos al margen «.
Su empresa, JGL Homes Improvements, ofrece servicios de remodelación, paneles de yeso, jardinería y servicios de alfombras, «a los mejores precios económicos». Hizo hincapié en que su empresa no es como las grandes empresas. Ellos buscan a la gente.
Oliva forma parte de los Brown Berets, la organización nacional de justicia social fundada en 1966 para luchar por los derechos civiles de la comunidad Latina, en la línea del Partido Pantera Negra. El grupo tiene oficinas satélites en todo el país, incluso fuera de Chicago, con quien Oliva está en contacto con regularidad.
George Floyd, las protestas de Fort Wayne de hace un año, y recientemente Adam Toledo, pocos días después de su entrevista, son recuerdos frescos en la memoria de Oliva. Revive sus tormentos todos los días.