(Minds/EFE).- «Frontera Sur no es hablar de contención migratoria», defiende el director de Control y Verificación Migratoria de México, Mario Madrazo, ante las críticas a un plan que, por aumentar las detenciones de migrantes, los ha podido empujar a tomar rutas aún más peligrosas.
«Es un conjunto de acciones encaminadas a hacer más prospera la región del sureste. Ahora, no puede ser próspera una región si no hay aplicación de la ley, entre ellas la de migración», explica en entrevista con Efe este responsable del Instituto Nacional de Migración (INM).
P.- ¿Se ha registrado un incremento del flujo de indocumentados?
R.- Hemos pasado de 86.000 migrantes que tuvimos en estaciones migratorias en 2013 a 200.000. Lo que hay, sin duda, es un aumento en los factores de empuje en Centroamérica que continúan haciendo que más migrantes decidan atravesar nuestro país. La gran mayoría de ellos vienen enganchados con algún traficante. Sin duda el tráfico de personas es uno de los negocios más lucrativos.
P.- ¿Hay algunas zonas que el INM tiene identificadas como más proclives a este tipo de delitos?
R.- En el sureste es donde tenemos una mayor incidencia, primero de tráfico y después, por esta misma situación de extranjeros que se encuentran en condición irregular en nuestro país, principalmente mujeres, es una situación que aquellos que se dedican al tema de explotación sexual aprovechan. Mientras que en el norte del país el tema es diferente, personas que tienen inclusive una estancia regular.
P.- ¿Cómo se desarrollan los operativos para frenar la trata y el tráfico de personas?
R.- En el tráfico de personas tenemos dos grandes vertientes, tráfico indocumentado y tráfico documentado. Una es cuando los extranjeros vienen de manera irregular sin documentos para entrar al país y los traficantes de personas les aconsejan las rutas o los guían para poder internarse en el país. Tenemos otra vertiente que es la documentada: organizaciones dedicadas al tráfico de personas que conocen los procedimientos migratorios y simulan creando una empresa y, en cuestión de un par de meses, hacen 5, 10 o 15 invitaciones de trabajo. El Instituto verifica algunas de estas empresas, pero no podemos verificar el 100 %. Hoy la ley no da una responsabilidad a quien haya creado la empresa, con esto ellos vuelven a crear una, dos o tres empresas meses después y este es el círculo en el que nos envuelven.
P.- ¿Cómo distingue el INM a los traficantes cuando detienen a un grupo de migrantes en sus operativos?
R.- Ese es uno de los grandes retos para el INM, poder distinguir quiénes están siendo traficados y quiénes no. La ley considera a las personas que están envueltas en el tráfico como víctimas, no son cómplices del traficante. Para nosotros es muy importante poder separar a la víctima del probable responsable. Hay un tema crucial para poder o no proceder contra ellos, que ellos llaman garantía: yo recibo dinero por llevarte a México y la promesa es, en caso de que Migración nos detenga, si tú no haces un señalamiento de que yo soy el traficante y no refieres venir guiado por alguien, entonces tan pronto nos regresen al país yo te vuelvo a llevar sin cobrarte nada. Esa es una garantía a la que difícilmente le podemos ganar.
P.- ¿Cuáles son los protocolos que siguen cuando una persona es presentada ante la autoridad migratoria?
R.- Los cuestionarios que se les hacen al ingresar a la estación migratoria para diagnosticar de manera inmediata si son personas que están en necesidad de protección internacional, es decir, si alguna de esas personas corre algún riesgo si es devuelta a su país de origen. Por ejemplo, la persecución que sufren los centroamericanos con las «maras», las pandillas. El primer tema es ver si esa persona requiere protección internacional.
Segundo, nos interesa mucho saber si son víctimas de tráfico de personas con una serie de preguntas. Aquí, honestamente, es donde tenemos menos éxito. Tercero, el tema de la trata de personas, donde sí hay un éxito un poco mayor, si hay mujeres que en ese momento contestan el cuestionario y hacen ver que probablemente están siendo captadas por una red dedicada a la explotación sexual. Hay que separarla porque lo más seguro es que vaya a tener una calidad de víctima, no queremos que siga en contacto directo con sus victimarios, y es muy importante ponerla en contacto de manera inmediata con las autoridades especializadas.
P.- ¿Cuál es el procedimiento cuando hay sospecha de que una mujer ha sido víctima de trata?
R.- Nuestro enfoque central es la víctima y te podría decir que en estos casos muchas de ellas reciben, si es de su interés, la oportunidad de quedarse en México, obteniendo una residencia por razones humanitarias.
P.- ¿Se han incrementado los operativos para evitar los abusos a migrantes?
R.- El presidente (Enrique) Peña puso en marcha un programa que se llama Frontera Sur, cuya intención es hacer más prospera la región del sureste mexicano y dentro de las muchas acciones que se ponen en marcha se llega a la decisión de que también es necesario un orden migratorio. Los Gobiernos de los estados de Chiapas, Oaxaca y algunos más del sur de México están creando las fiscalías especializadas para atender delitos cometidos contra los migrantes, no es criminalizar la migración, no se persigue al migrante en absoluto. Perseguir los delitos de los que son víctimas los migrantes tiene muchas particularidades, empezando por el hecho que los tiempos son muy cortos y a veces el probable responsable o la víctima pueden haber regresado a su país.
El Instituto ya ha presentado ante estas fiscalías a más de mil personas como probables responsables y ahorita ya estamos llegando a cerca de 100 sentencias condenatorias en los últimos dos años.
P.- ¿Cómo responde el Instituto a aquellas voces críticas que señalan que Frontera Sur está haciendo más peligrosa la travesía de los migrantes?
R.- Yo no resaltaría la parte de contención, resaltaría lo que el Instituto está haciendo. Por ejemplo, hemos instalado en Centroamérica módulos para entregar tarjetas de visitante regional y trabajador fronterizo a los centroamericanos que desean entrar al país a trabajar o a visitar familiares, playas o trabajar en la cosecha de algunos cultivos. En este periodo se han multiplicado las tarjetas que se emiten sin costo para los centroamericanos. Otro de los beneficios que han recibido es que antes solo podían entrar a los estados que colindan con sus países y hoy lo pueden hacer prácticamente hasta Oaxaca. Las tarjetas tienen una vigencia de siete días y hoy se está buscando ampliar a treinta días.
P.- ¿Cómo afronta el INM las denuncias de policías involucrados en abusos a los migrantes?
R.- Con mucha frecuencia nos acercamos a consulados o embajadas y se le ofrece a la persona que, a cambio de que haya un señalamiento, el Instituto lo va a acompañar todo el tiempo para buscar que haya un caso sólido. No es un tema desafortunado que podamos decir que no se dé; lo que sí puedo decir es que se da en muchos menos casos si lo comparamos con las veces en las que son ellos agredidos y extorsionados por delincuentes que van inmersos en el mismo flujo migratorio. Hoy lo podemos comprobar de una manera mucho más clara: tenemos un intercambio de información con autoridades de Centroamérica, en particular con los centros antipandillas de Honduras, Guatemala y El Salvador, y hemos retornado a más de 150 personas que tenían orden de aprehensión vigente en su país por delitos muy graves, por violación, homicidio, extorsión y secuestro.