Con el COVID-19 pegando duro en los barrios populares, Centroamérica vivió su segunda semana consecutiva de récords de casos y muertes por el nuevo coronavirus, que está obligando a frenar la reactivación económica en la región.
Con restricciones a la movilidad y cierres económicos de diversa intensidad, seis países centroamericanos sumaron miles de casos y fallecidos.
En Centroamérica viven unos 50 millones de personas, la gran mayoría pobre, dependiente de la economía informal o de las remesas de dinero de familiares en el exterior, que ya comienzan a mermar.
Familias de Guatemala y El Salvador sacan pañuelos blancos en sus casas para pedir comida, mientras que en Panamá y Honduras se han registrado protestas pacíficas para exigir alimentos o reclamar que las ayudas estatales no llegan.