«¡Arriba y abajo!, otra vez, ¡arriba y abajo!» Será mejor que no juegues así con tu bebé. Aunque una sonrisa se pueda dibujar en su rostro, este clásico juego puede ocasionar lo que los médicos llaman como el síndrome del bebé sacudido.
¿Quieres saber de qué se trata? Primero comienza por bajar tus brazos con el bebé en el alto, ahora sí, puedes continuar leyendo.
¿Qué es el síndrome del bebé sacudido?
Todos hemos visto más de una vez y lo hemos hecho: alzar en lo alto a un bebé como un juego divertido; sin embargo, una simple sacudida puede tener importantes consecuencias para el bebé, por ejemplo, lesiones en la columna, en el cuello, y en su cerebro. De hecho, las sacudidas (en particular las muy bruscas) pueden ocasionar la destrucción de las células del cerebro y evitar que el cerebro reciba suficiente oxígeno.
Un movimiento que para nosotros no es violento, puede serlo para un bebé cuyos huesos y músculos todavía se están fortaleciendo, razón por la cual no deberíamos jamás hacerlos partícipes de los juegos de manos.
En el momento del juego puede parecernos que el bebé lo disfruta, pues lo acompaña con risas, pero las secuelas pueden aparecer poco después. Vómitos, problemas para dormir, irritabilidad, hemorragias oculares, piel azulada, pérdida de conocimiento, fractura en la médula espinal, cráneo y huesos. Si tu bebé presenta alguno de estas dolencias lo mejor será llevarlo al médico para que sea revisado.
¿Cómo evitarlo?
Tanto nosotros como aquellas personas que quieran alzar en brazos a nuestro bebé, deben entender que porque el bebé no llore cuando es sacudido como parte de un juego, no significa que todo está bien. Tampoco debemos ser tan extremistas y pensar que cualquier movimiento le ocasionará lesiones internas, pero la posibilidad de generarle un trauma abusivo craneal (como también se le conoce) sí existe y aumenta en relación a la intensidad de las sacudidas.