Proinmigrantes reinician protestas contra deportaciones de centroamericanos

Coaliciones defensoras de los inmigrantes realizaron hoy en Los Ángeles una manifestación en contra de las redadas que se teme empiecen muy pronto en todo el país y pidieron otorgar asilo a los centroamericanos.
Los activistas, junto con representantes de organizaciones religiosas, pidieron compasión para estas personas a quienes consideraron refugiados y para las familias que ya llevan tiempo viviendo en el país para que no sean separadas.
«Estamos aquí especialmente por las familias que con mucha coraje y mucha fuerza -aunque tengan miedo- están aquí para darle voz a su realidad», dijo hoy durante su participación Martha Arévalo, directora ejecutiva del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), entidad organizadora de la protesta.
Estamos aquí «para darle voz a esa comunidad tan vulnerable y mandarle un mensaje a la Administración Obama», para que detenga las deportaciones y deje de separar las familias, agregó Arévalo.
Durante la manifestación, realizada frente al Centro Metropolitano Detención de Los Ángeles, algunas personas presentaron su testimonio de cómo han tenido que huir de sus países en Centroamérica por la violencia, la inseguridad y el acoso de las pandillas contra ellas y sus familias.
«Yo soy una víctima de violencia doméstica y durante años sufrí abuso en mi hogar», declaró a Efe Angie Guzmán, una hondureña que recién llegó al país hace tres meses.
Guzmán detalló que su esposo la golpeaba frecuentemente y ella tuvo que huir para escapar de esa situación y por eso vino a Estados Unidos.
«No podemos ni dormir pensando a qué horas van a llegar a sacar a nuestras familias y nuestros hijos para deportarnos, sabiendo que solo llegaríamos a recibir la muerte», lamentó la centroamericana, que pidió una suspensión de las deportaciones.
Para Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), la situación de perseguir a familias indefensas es una hipocresía.
«Estamos hoy aquí para denunciar la crueldad, la falta de humanidad, y realmente pedirle a este país que no sea hipócrita», dijo Salas durante su intervención en la protesta.
Según la activista, los representantes de Estados Unidos critican a otros países por violar los derechos humanos, «y cuando tenemos la oportunidad de darle santuario, darles protección a personas, familias que están huyendo de grandes desgracias de la violencia, les cerramos las puertas y lo único que hacemos es deportarlos».
El Gobierno se mantiene firme en sus políticas de deportaciones de indocumentados y está centrando sus esfuerzos en expulsar a los inmigrantes que hayan cruzado la frontera en el último año y medio.
La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Marsha Catron, explicó el pasado jueves que los individuos que se encuentran bajo el ojo de las autoridades migratorias son aquellos que cruzaron la frontera después del 1 de enero de 2014, han recibido una orden final de deportación de una corte de inmigración y no tienen pendiente ninguna petición de asilo humanitario.
Entre esos indocumentados que llegaron al país en el último año y medio, se encuentran miles de niños que cruzaron sin acompañante la frontera durante el verano de 2014 intentado huir de la violencia y la falta de oportunidades económicas de sus países de origen, en su mayoría El Salvador, Guatemala y Honduras.
En la protesta de hoy, el pastor Richard Estrada, presidente de la junta directiva de Jovenes Inc. entregó unos simbólicos collares de flores a los inmigrantes asegurando que «Dios nos ama a todos y ustedes son parte de nuestra familia y (son) bienvenidos».
El pastor explicó que en las comunidades indígenas, «cuando las personas llegan a un lugar nuevo les entregan un regalito como símbolo aceptación y de que son parte de nuestra familia».
Estrada también bendijo a las familias inmigrantes para que «sigan adelante dando testimonio de su realidad, de cómo han sufrido, dándonos un mensaje de amor y valentía. Dios está siempre con ustedes».
«Ustedes no deben sentir vergüenza por estar aquí. Ustedes se presentaron a la frontera pidiendo un asilo, están peleando su caso en la corte inmigración y no pueden ser deportados», aseguró a los inmigrantes Erika Piñero, abogada de CARECEN.
Piñero recomendó a los inmigrantes indocumentados que en caso de que las autoridades lleguen a sus viviendas, «no abran la puerta, ni den su nombre ni ninguna información a los agentes de inmigración porque ellos pueden usar esa información contra ustedes».
Igualmente recomendó que si alguien es detenido que llame a un abogado especializado «que lo pueda ayudar a salir de esa detención».
Las autoridades migratorias ya apresaron en enero de este año a 121 inmigrantes indocumentados en diferentes operaciones en los estados de Georgia, Texas y Carolina del Norte, según informó entonces un portavoz de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE)
Efe intentó contactar la entidad para un comentario oficial sobre las nuevas deportaciones pero no obtuvo respuesta inmediata.

EFE

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