Por Dr. Jorge (George) Del Corral
Mi nieta, Fátima nació a las 24 semanas de gestación, pesaba sólo 1 libra, 4 onzas, tan pequeña y tan frágil. Sus posibilidades de supervivencia no eran mucho mejores que las probabilidades para atinarle correctamente a un volado de moneda. Pero mi pequeña Fátima nació luchadora. Ella estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales durante 3 meses. Su piel translúcida y su cuerpo delicado escondían una voluntad formidable para vivir. Fátima está con nosotros y en septiembre cumplirá 6 años de edad.
Pero, ¿qué tiene esto que ver con que yo vote? ¡Todo! Fátima luchó por su vida desde el inicio, de una manera que, por fortuna, no muchos tienen que enfrentar. Fue esta fortaleza interior lo que le permitió estar con nosotros hoy. De una manera similar, fue un ardiente deseo de vivir una vida mejor lo que a nosotros o a nuestros antepasados los trajo a este país. Para llegar aquí y perseguir el » Sueño Americano » se armaron de valor, de una fuerte voluntad y fe en un futuro mejor.
En nuestros países de origen los gobiernos no respetan, incluso hoy en día, la voluntad de sus ciudadanos. Es común el fraude electoral o la «compra de votos» con dádivas u ofrecimientos de un futuro mejor, que nunca se convierten en una realidad. Hemos vivido con esto durante tantos años y tantas generaciones que ya nos habíamos acostumbrado a ser «un cero a la izquierda».
¿Pero qué ha pasado? Ahora ya estamos aquí después de innumerables obstáculos, problemas y retos que vencer. Sin embargo, muchos se sienten y viven en aislamiento, con temores y amenazas diferentes. Son muchos los factores que han provocado este desalentador sentimiento. No es solamente la diferencia del idioma. Más importante es la diferencia en la cultura, el «calor» humano, donde todos nos conocíamos y ayudábamos; lo que llamamos la “familia extendida”, donde todos somos hermanos, compas, tíos, primos y amigos. Muy diferente a lo que sucede en este país donde es el individuo y el individualismo lo que se fomenta y reconoce. Todo esto hace que la integración se vuelva difícil y, a veces, abrumadora, dejando a su paso un aislamiento y desaliento. Nos quedamos callados y grises, quejándose entre nosotros y de nosotros mismos.
Lo anterior se vuelve desesperante con la situación actual de desempleo; del costo de vida que aumenta a una velocidad mucho mayor de lo que se incrementa el ingreso familiar; la situación migratoria de muchos, sobre todo con la incertidumbre política. Estamos viviendo tiempos sumamente difíciles y complicados.
El Papa Pablo VI, en un momento de gran incertidumbre al igual que el tiempo que hoy vivimos, dijo: «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo; especialmente aquellos que son pobres y de cuantos sufren, son las alegrías y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo».
El Papa Francisco ha dicho: “la Política es la más importante de las actividades civiles y tiene su propio campo de acción. El futuro de la humanidad no reside únicamente en manos de los grandes líderes, las grandes potencias y las élites. Ustedes; los humildes; los explotados; los pobres y desfavorecidos, todos unidos pueden hacer mucho. Incluso diría que el futuro de la humanidad depende, en gran medida, de su capacidad para organizarse y perseguir alternativas creativas; con su participación activa en los procesos de cambio a nivel nacional, regional y global, a no ser espectadores, sino actores, manifestando su voluntad en el Voto.”
El Dalai Lama en la conferencia de Alcaldes de los Estados Unidos en Indianápolis, el domingo 26 de junio, dijo: «La Libertad y la Democracia son los mejores principios de América». Sin embargo, la Democracia depende de nosotros, los individuos, para existir, manifestarse y decidir el rumbo. El Voto representa nuestra voluntad, necesidades y esperanzas.
El mundo de hoy exige que nos involucremos en los cambios que necesitamos y queremos, para nosotros y para nuestras comunidades. Es en respuesta a esta exigencia que un grupo de hombres y mujeres de la Diócesis de Fort Wayne-South Bend estamos participando en parroquias, con poblaciones hispanas, para sensibilizar y animar a la gente de esas comunidades a salir a Votar. ¡Participa! en «correr la voz» y convencer a más gente que vaya a Votar. Contacta al Pastor de tu parroquia y averigua cómo involucrarte.
Tenemos que eliminar nuestra apatía y convertirnos en agentes de cambio; por el bien de nuestras familias y de las generaciones que seguirán después de nosotros. Este es nuestro hogar. Aquí crecerán nuestros hijos y nuestros nietos. Su futuro está aquí y hoy depende de nosotros. ¿Qué futuro y que oportunidades les queremos heredar? ¿Queremos que se logre una reforma migratoria que permita que las familias permanezcan unidas? Tenemos el poder y la responsabilidad de hacer realidad el cambio, nadie lo hará por nosotros.
¡Vota, tu voz a través del Voto es importante y necesaria! ¡No dejes que otros decidan tu futuro y el de tu familia!
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