En el pasado solía haber una clara división de la humanidad en dos géneros bien distinguibles: mujeres y hombres. Todas las otras opciones que hoy conocemos estaban escondidas por temor al qué dirán. Sin embargo, esos temores quedaron atrás y muchas personas se cuestionan a qué género pertenecen aún siendo niños.
Hoy reflexiono sobre este tema tan interesante para las madres y te dejo algunas pautas para que puedas ayudar a tu hijo con esta situación si lo necesita.
Lo primero es preguntarse: ¿En qué consiste ser “transgénero”?
Como ya te he adelantado en el párrafo anterior, las cosas no son tan sencillas como “blanco” o “negro”, “hombre” o “mujer”. Aunque los adultos a veces nos angustiamos por este tema, los niños por lo general tienen muy poco o ningún problema con las chicas que son un poco masculinas ni los niños algo femeninos.
Ser transgénero no es un ser un niño que actúa como si perteneciera al otro género. Se trata de un niño o niña que realmente se siente muy incómodo con el sexo biológico o con el sexo con el nació y VERDADERAMENTE siente que pertenece al otro género.
La unicidad de cada persona
En este espacio me gustaría darte una respuesta sencilla a la pregunta “¿a qué edad un niño puede saber si es transgénero? Sin embargo, NO LA HAY.
Una persona, niña o adulta, puede saber si es transgénero. Pero la noción de ello no ocurre en todos a la misma edad. Sin embargo, ya sea a los tres años, a los 15, o a cualquier edad las personas transgéneros mostrarán ciertas características que como madre quizá puedas identificar:
- disfrutará de vestirse como el sexo opuesto,
- elegirá para sí un nombre del otro género,
- quizá te pregunte “¿mamá, tu sabés que yo soy un nene, no es cierto?”, cuando su género al nacer es el femenino,
- quizá se muestre triste, encerrado en sí mismo e, incluso, se le diagnostique una depresión,
- probablemente se sienta más cómodo/a con compañeros de juego del género “elegido” y no del que figura en su documento de identidad.
¿Todas al mismo tiempo?
Los aspectos que caracterizan a una persona transgénero y que he mencionado anteriormente son varios, pero no necesariamente han de darse todos juntos y al mismo tiempo en la misma persona.
Mi sano consejo es que recuerdes que hay menos personas que son verdaderamente transgéneros de lo que pensamos. Todos los niños y niñas pasan por cierta etapa de duda en cuanto a qué sexo pertenecen en tanto su personalidad no se afirme. ¡Y cuánto más en estos días en los que en todos los medios de comunicación hablan de sexo tan abiertamente!
Por eso, si tienes dudas no dejes de consultar a un BUEN profesional: pediatra, psicólogo infantil o un sexólogo responsable.