Para Gates la noticia de que esperaba a su primer bebé fue suficiente para comenzar a preocuparse en serio por su sobrepeso. Él lo había intentado, pese a ser una persona sana en su juventud, siempre fue corpulento. Al parecer, su dieta lo obligaba a tener más grasa que músculos. Además, le impidió continuar haciendo deporte e intentar mejorar su salud.
El futuro padre estaba pesando más de 100 kilos en el momento de conocer que sería padre. Aunque hasta entonces había logrado perder algo de peso, continuaba su dieta a base de cervezas y pizza. Su salud estaba pasándole factura, tenía problemas con el colesterol alto y su presión arterial también aumentó su nivel.
Estos problemas le impedían ejercitarse, razón por la cual intentó inútilmente hacer dietas. Sin embargo, el joven afirma que nunca se lo tomó en serio hasta que supo del embarazo de su esposa. Desde ese momento contempló que si no cuidaba su salud, podría perderse cuidar de su hijo. En consecuencia, su decisión fue bajar de peso, pues si no podía hacer eso, no se consideraba un padre responsable.
Su determinación para bajar de peso cuando supo que sería padre
Aunque generalmente somos las mujeres quienes mostramos preocupación por nuestro peso, no quiere decir que a los hombres no les preocupe. Gates por ejemplo, había estado intentando perder unos kilos, más que todo por problemas de salud. Sin embargo, su salud no parecía ser suficiente motivación para él.
Según su propia reflexión, no pensaba realmente cambiar sus hábitos. Con 22 años pesaba 115 kilos, pero cerca de su boda logró bajar hasta 103 kilos, es decir, sí podía hacerlo. En tal sentido, la motivación de su nuevo bebé fue determinante en la consecución de un cambio.
Desde entonces decidió ir al grano, olvidó las dietas improvisadas y ejercicios sin conexión. Lo siguiente fue prepararse para la llegada de su hijo, esta vez de una manera muy distinta a como lo harían otros padres.
¿Qué hizo para perder 30 kilos?
Gates García había probado algunos regímenes y cierto tipo de ejercitación, pero esta vez decidió cambiar su estrategia. Se dirigió hacia un campo más científico, el de la nutrición. Se dedicó a investigar en libros y revistas especializados en dietas veganas, allí identificó los potenciales beneficios para su salud.
Las dietas propuestas en estos textos prometían cambios favorables para el sistema cardiovascular. Además, como resultado de su aplicación, la persona se beneficia con la pérdida de peso. En lo adelante, dejó de comer carne, también abandonó los huevos y los productos lácteos. Su dieta consistía en verduras y pescados. El resto de su menú era más o menos el siguiente:
- Para desayunar tomaba avena, la cual mezclaba con algunas moras y un par de cucharadas de polvo de proteína, desde luego proteína vegana.
- La comida consistía en un gigante tazón de ensalada, elaborada con vegetales variados y algunas judías. Solía combinar con pescados asados, con una frecuencia de tres veces por semana. La grasa buena y la proteína la obtenía del pescado.
- Una cena a base de frutas, vegetales y avena, siempre en grandes cantidades.
Complementar con deporte
Aunque solo estés comiendo avena y judías, la realización de deporte es fundamental para bajar de peso de una manera saludable. Por lo tanto, este preocupado padre se esforzó también por mantener una rutina de ejercicios. Comenzó por correr unos tres días a la semana, Gates afirma que es lo más económico y sencillo de realizar.
Tuvo excelente resultados, de hecho, a medida que se alimentaba mejor y perdía peso, se volvía más liviano, por lo tanto corría más y mejor. Aunque no era el propósito inicial, logró aumentar su resistencia, al punto de correr una maratón.
Continuó ejercitándose, esta vez con un entrenador personal. Su constancia le permitió incorporar otros deportes, su motivación lo llevó a bajar 31 kilos, tuvo una hija con quien desea pasar más tiempo. Quiere ser un padre todo terreno, que pueda disfrutar a su hija y hacer más cosas con ella.