Cada año escolar recibo este tipo de consultas por parte de los padres de hijos adoptivos, especialmente porque temen que al ir a la escuela el niño se entere de su condición de hijo no biológico de la peor manera: por parte de sus compañeros o de los vecinos.
Por eso hoy dejo algunos principios guiadores sobre este tema tan útil e interesante para todos aquellos que se enfrentan a esta particular situación.
El comienzo de la relación con tu hijo
En primer lugar, para responder a esta pregunta acerca de “¿Le digo o no?” voy a pedirte que te pongas en el lugar de tu hijo, y que respondas muy sinceramente. Quizá la primera sensación sea responder “NO, ¡NO QUISIERA SABER SEMEJANTE COSA!” Pero estoy segura de que debes repensarlo de este modo: Cuando comienzas una relación con alguien (ya sea laboral, sentimental, de amistad, etc.), ¿cómo quieres comenzar? ¿Con verdad y sinceridad o con una mentira? Yo en tu lugar no le mentiría a tu hijo.
La confianza en el futuro
Mentir (o, al menos, ocultar la verdad) tiene consecuencias nefastas en la construcción de una relación de confianza entre las personas. Y esto no es diferente al edificar la relación entre el niño y sus cuidadores primarios, sean sus padres biológicos o no. Suena razonable, ¿verdad? ¿Cómo puede un niño confiar ciento por ciento en alguien que le ha mentido desde el principio y en algo tan serio como su propia vida?
Así como mentir en un entrevista de trabajo puede causar que no califiques para el puesto, mentir a tus hijos (adoptados o no) afectará a la futura relación de ustedes al grado tal de que no califiques como madre en quien confiar completamente.
A cada edad lo que desea saber
Y esto seguramente llevará a más preguntas, por ejemplo cómo decírselo, y qué decir. Y también cuándo decirle a un hijo que es adoptado. No te preocupes demasiado: sé sincera y explícale a cada edad lo que desee saber y si es necesario busca ayuda profesional por parte de un psicólogo o un consultor u orientador psicológico especializado en familia.
Nunca desestimes el valor de la verdad. Recuerda que haber adoptado a tu hijo fue un hermoso acto de amor: tu hijo adoptivo agradecerá tu sinceridad ¡y también que lo hayas escogido!