MEMORIAS DE UN VIAJERO -CUAUTLA, MORELOS-

Mi esposa y yo tuvimos el privilegio de estar en dos ocasiones en Cuautla, Morelos. La primera vez fue casi inmediatamente que hemos regresado de la URSS. Don Alfredo y Dona Licha Presteguín nos invitaron para oficiar la boda de la, menor de las hijas, entonces aprovechamos los días, estando allí y visitamos muchísimas Iglesias, pues la gente quería saber de las condiciones de los cristianos en los países soviéticos. Conocimos mucha gente, nos llevaron a lugares preciosos, comimos comida rica. Por toda una semana, todas las madrugadas íbamos a una Estación de Radio y teníamos un programa en vivo con el Director de la misma sobre temas de la Familia. Comenzábamos a las 5:00am y para las 7:00am ya terminábamos. Para el último día, Don Alfredo tuvo una idea genial, invitar al Director de la Radio para un café a su casa. En la víspera a esa madrugada hicimos los planes. Thelmita y Dona Licha, se despertarían temprano, escuchando el programa, tendrían el café listo y la mesa preparada, y nosotros, juntamente con el Director de camino compraríamos el pan, y disfrutaríamos del café esa mañana. Así lo hicimos, esa madrugada en el auto de Don Alfredo fuimos a la Estación, tuvimos el programa, invitamos al Director, paramos de camino y compramos el pan recién horneado, llegamos a la casa. Por cierto, Don Alfredo no llevo la llave de la casa, pues, estábamos seguros que las dos Damas nos estarían esperando. Llegamos y encontramos la puerta cerrada, toca y toque, y nada que nos abren. ¿Qué paso? Resulta que las dos se quedaron dormidas, ni oyeron el programa (por cierto, se lo dedicamos a ellas dos) ni estaba el café ni la mesa lista, las encontramos a las dos con el pelo parado.

Nos impacto tremendamente, una gran muestra de cariño, fue que Don José y Dona Elsa Presteguin, dondequiera que íbamos, siempre nos acompañaba. Para hacer eso, Dona Elsa por una semana cerró su negocio de venta de comida tan solo para poder acompañarnos a todos los lugares. Y, ni quisiera acordarme de todos los manjares que nos preparaba. Definitivamente, está en la lista de mi calendario, de regresar a ese lugar de nuevo.

Unos tres años después, otra vez hemos sido invitados por la Familia Presteguin para visitarles en Morelos. Esta vez íbamos con mucho entusiasmo. Es una gran familia, mejor dicho es una tribu! Todos los Tíos, Tías, primos y sobrinos. Esta vez sería la ocasión para oficiar la boda de la nieta mayor de esa gran familia. Todo estaba arreglado, la boda se celebraría el domingo por la tarde. Nosotros llegábamos el jueves al medio día al aeropuerto. Nos extraño que estaban dos hijos esperándonos y no don Alfredo. Al rato nos dicen que, Don Alfredo está en el hospital, les pedí que directo del Aeropuerto nos fuéramos al hospital, pero cuando íbamos, a medio camino, nos avisaron que ya falleció.

No podíamos creer, el viernes estaba oficiando el funeral de un gran amigo y hermano. Rodeados de toda la gran familia Presteguin. Justamente, Don José y Doña Elsa se encontraba en Fort Wayne, visitando a sus hijos aquí. Tuvimos que esperar unas horas, hasta la llegada de Don José, su hermano. Ese funeral se me quedo grabado para siempre. Muchísima gente llego de Jolalpa, Cuautla, y muchos otros lugares. Todos los Presteguin allí son muy queridos y respetados, son gente que siempre ayudan a otros. A Don Alfredo lo enterraron entre flores. Había muchos Mariachis que tocaron y cantaron para despedir a las moradas celestiales a un gran hombre.

El domingo por la tarde, celebramos la boda de la nieta mayor que amaba a su abuelo. En medio de la Ceremonia Nupcial, yo hice un paréntesis, pedimos un minuto de silencio, en honor y respeto al abuelo que ya no estaba presente.

Unos días después, en la víspera de nuestro regreso, tuvimos una gran reunión de gratitud al Señor Jesucristo por la Fortaleza y el Consuelo que todos hemos visto y experimentado durante esos días. La gran tribu Presteguin esa noche, oficialmente nos adoptaron como miembros de la familia de ellos. Honorablemente nos confirieron un Certificado que autenticaba, que ahora éramos, Yaruchyk-Presteguin.

Esa tierra de tantos recuerdos, gente querida, y muy especial el mes de Octubre han sido sorprendidos por un tremendo terremoto. Muchos perdieron seres queridos, miembros de familias, y esta por mas decir, sus casas y todo lo que tenían. Prácticamente quedaron en la calle y sin nada.

Durante el mes de Octubre nos hemos unido y organizado varios eventos para recaudar fondos para ayudar a proveer comida, cobijas y casas. Aquí es donde usted tiene oportunidad de demostrar sus convicciones cristianas. Porque, realmente ser Cristiano no es tener una religión. La definición bíblica de una Buena religión es: el amor, la compasión y la misericordia. Si no ha hecho nada, hasta ahora, comuníquese con nosotros. Nunca es tarde, y quizás otra familia mas, podrá tener una casa.

Recuerde lo que nos dice San Mateo, en las propias palabras de Jesús: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a mi”.

Le responderán: “Senor, cuando te hemos visto así”? Y el Rey responderá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos mas pequeños, a mi lo hicisteis”.

Así que, esta es tu oportunidad, apóyanos para apoyar, y hasta la próxima.

Muchas Bendiciones

Dr. Pedro Yaruchyk

 

 

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