María Solís sabe aprovechar las oportunidades

“Honestamente, mi camino ha sido guiado por Dios”

 Solís ganó la preciada beca universitaria ‘Pay It Forward de la USF’

Bryant Rozier | El Mexicano News

El camino de María Solís para convertirse en enfermera graduada sigue publicándose en muchos medios de comunicación por muy buenas razones: después de haber superado lo más difícil, sigue triunfando. Solís ha sido entrevistada por varios grupos de noticias locales incluyendo este su periódico, El Mexicano. Solís está cursando su último semestre antes de graduarse con un BSN de la Universidad de Saint Francis (USF, por sus siglas en ingles). Pronto será enfermera titulada y continuará lo que empezó.

“Siempre supe que quería ser enfermera”, dijo Solís, “no sólo para servir a las personas que están enfermas, sino también para servir a aquellos que realmente están luchando, para ser una [discípula de] Cristo para ellos”, dijo Solís.

Solís ganó la beca ‘Pay It Forward de la USF,’ la cual le paga por la matrícula completa de sus cuatro años de estudio. La beca continúa en 2024; la información sobre la solicitud estará disponible a principios de este otoño. También se ofrecerán dos becas de media matrícula (matrícula y costos).

Cuando se le preguntó qué hizo para que su solicitud se destacara, Solís se refirió a su historia. Originaria del norte de México, la familia Solís se mudó a Fort Wayne en 2009 cuando María tenía cinco años, después de migrar por primera vez a Illinois. (A María se le concedió la ciudadanía a través de su padre en 2013). Uno de los primeros obstáculos fue asistir a la escuela.

“El idioma era una barrera y adaptarse a la cultura fue sin duda un desafío”, dijo Solís, pero su padre reforzó la persistencia. “Me dijo que había una razón por la que iba a la escuela. No importa lo difícil que sea, sigue estudiando”.

La familia tuvo problemas buscando recursos para los alimentos mientras ella crecía, dijo Solís. “El banco de alimentos era un lugar donde conseguíamos nuestras comidas. Esas experiencias en mi formación resonaron; comencé a trabajar como voluntaria en la comunidad local de personas indigentes en la escuela secundaria,” dijo María. También creció en entornos hospitalarios, cuando tenía que traducir términos médicos importantes para sus padres durante las consultas. Los profesionales médicos que conoció en el camino la animaron. “Cuanto más estuve expuesto a ello… sentí que realmente quería ayudar a los pacientes. Soy una persona cariñosa y trabajadora. Esa soy yo,» dijo orgullosamente humilde, Solís. 

La escuela secundaria Bishop Luers, “acogedora y solidaria”, fue la elección perfecta para su siguiente paso. “Soy católica y acepto mi fe”, dijo Solís. “Honestamente, mi viaje ha sido guiado por Dios”. La escuela y el cuidado de sus hermanos menores la preocupaban; ella es la mayor de seis.

Solís se graduó en 2020 con sus próximos cuatro años de educación universitaria ya pagados. Lloró en la escuela cuando le hablaron de la beca.

Como estudiante de primer año, Solís se destacó. “Ya no podía ser tímida”, dijo. Estuvo en todas partes al mismo tiempo y realmente no desaceleró su marcha hasta su tercer año en la escuela. Solís formó parte de un par de juntas de liderazgo diferentes, se ofreció como voluntaria, participó en varios clubes, incluido el ministerio de compañerismo, y viajó internacionalmente en viajes misioneros (República Dominicana) y de peregrinación (Portugal, etc.). Fue una estudiante que estuvo en cuadro de honor los cuatro años.

Su segundo año, cuando comenzaron sus clases de enfermería, fue el más desafiante, señaló Solís. Eso significó largas noches, sesiones de tutoría y pedir ayuda a amigos. Pero todo empezó a normalizarse. “Mi último año ha sido uno de los mejores años”, dijo. «Realmente lo disfrute”, agregó.

En el Departamento de Enfermería de la USF no hay una gran población hispana, según Solís, “pero está creciendo”. Probablemente contó tres o cuatro estudiantes en su año. Señaló que el campus puede parecer intimidante y costoso para algunos, pero “es más que eso”. Ella hizo más que eso.

Solís eligió, intencionalmente, trabajos secundarios que no estuvieran directamente relacionados con los hospitales, pero que, si la hicieran más «dinámica», dijo, “y con suerte, que me ayudaran a crecer como persona, para contribuir a mi experiencia como enfermera». Su experiencia puede llevarla muy lejos fuera de Fort Wayne.

“Como enfermera, quiero ayudar a los necesitados, no sé si sea a nivel local o fuera del estado”, dijo Solís. “Lo único que sé es que tengo un gran corazón misionero, amo la enfermería y amo a Dios… así que definitivamente se trata de encontrar un lugar de trabajo idóneo que se adapte a mis sentimientos”, agregó la jovencita María Solís.  

¡Felicidades, María! ¡¡Si, Se Puede!! 

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