(EFE).- La asociación argentina de derechos humanos Madres de Plaza de Mayo publicó hoy en su página web un supuesto intercambio epistolar entre la presidenta de la organización, Hebe de Bonafini, y el papa Francisco en el que el pontífice le indica que no tiene previsto viajar al país austral.
Madres de Plaza de Mayo colgó en internet una misiva que le envió el 14 de abril De Bonafini a Francisco con motivo del 40 aniversario del nacimiento de la organización, fundada para reclamar la aparición de sus hijos secuestrados durante la última dictadura en el país (1976-1983), así como la reciente respuesta del papa.
La titular de la asociación asegura en la carta que en Argentina lo están pasando «muy mal» y que el país parece «una montaña que se cae a pedazos como cuando sucede un terremoto», al tiempo que le pide a Francisco una visita, que, indica, le haría bien a «millones» de personas.
«Estamos cumpliendo el 30 de abril 40 años de lucha, sin faltar un solo jueves a la Plaza. 2036 marchas, quedamos muy pocas, pero construimos un puente indestructible entre nuestros hijos y las nuevas generaciones que se tomaron la Patria en serio», explica De Bonafini en el escrito.
Además, la presidenta de la asociación reconoce al pontífice que sabe que no visitará Argentina para no hacerle un favor al «Pastor Mauricio», en referencia al presidente del país, Mauricio Macri, aunque le insiste en que lo reconsidere.
Por su parte, en una respuesta fechada en la Ciudad del Vaticano el 5 de mayo, de acuerdo con el documento escaneado y subido a internet por la organización, Francisco le agradece a De Bonafini la comunicación y le asegura que «todavía no hay nada decidido sobre el viaje», aunque le garantiza que tendrá en cuenta sus palabras.
«Te agradezco lo que me decís en la carta y quisiera reiterar lo que dije tantas veces y te lo expresé cuando estuviste en el Vaticano: frente al dolor de una madre que pierde a sus hijos de una manera tan cruel y violenta siento un profundo respeto y la necesidad de acompañarla con mi cercanía y oración», dice la carta.
Ayer, un juez argentino procesó a la activista, de 88 años, por su supuesta participación en un delito de defraudación a la administración pública en el marco de la causa denominada «Sueños Compartidos».
En este caso se investiga un supuesto desvío de más de 200 millones de pesos argentinos (unos 12,8 millones de dólares) en el programa «Sueños compartidos», plan estatal impulsado por el Ejecutivo de Cristina Fernández (2007-2015) para la construcción de viviendas sociales y administrado por la fundación de Madres de Plaza de Mayo.
De Bonafini respondió ayer, tras conocer la decisión judicial, que tiene la «conciencia muy tranquila», y afirmó que la medida es un «honor» viniendo de este Poder Judicial y del actual Ejecutivo.