Diversos jefes de familia se enfrentan a las nuevas formas laborales, en las que muchas veces carecen de prestaciones sociales.
Lo que antes era la excepción, ahora es más que común en nuestro país: México tiene poco más de 13 millones de trabajadores independientes (según datos del INEGI y su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2016). Son los “freelance”, en el argot anglosajón, una modalidad de empleo que conlleva sus propias características: tiempo flexible, trabajo en casa o visitando clientes, pero también trae sus propias problemáticas, pues carecen de prestaciones como empleado ni seguridad social.
¿Cómo enfrenta este nuevo panorama un padre moderno? Cristian de Rivera nos platicó su experiencia. De la libertad del tiempo, comentó que “suele parecer más conveniente manejar el propio tiempo para dedicárselo a los hijos”, con el inconveniente de que uno se puede enrolar en una dinámica de trabajo extrema que le deja poco tiempo: “Siendo un independiente no sabes cuánto dedicarle exactamente, cuándo parar… Cuesta decir que no por atender a la familia. Es un gran desafío poder balancear eso”. Cristian trabaja en la gestión de contenidos multimedia, organización de eventos y relaciones públicas, además de ser cantautor de trova: con su esposa Elizabeth, fotógrafa profesional, crían dos niños de 10 y 3 años.
En el tema de prestaciones, servicio social y el pago de impuestos, Cristian comentó: “El tema es que nadie nace sabiendo. Somos más propensos a las fallas, los latinoamericanos tenemos poco sentido de organización. No es como Estados Unidos donde desde muy niño enseñan a ahorrar y cuando entras al mundo laboral tienes que pagarle al Tío Sam. Quienes nacen en ese sistema son rigurosos, no se les complica. En cambio en un sistema como los latinoamericanos se complica y cuesta cumplir con esas obligaciones. El tema de los impuestos, tener una estructura de salud, cuidarse en ese sentido para tener seguridad social, ya sea pagando. Existe el Seguro Popular, pero una compañera luchó todo un año sin poder operarse. Si no somos precavidos y ordenados, ese sistema nos pasa la cuenta”.