Para entender un poco por qué las notas que nos traen del colegio no determinan su nivel de inteligencia, veamos primero cómo funciona la inteligencia.
Howard Gardner determinó que hay varios tipos de inteligencias. Estipuló además que no puede ser medida con los test tradicionales de CI, pero sí podemos observarla. Por otro lado, define a la inteligencia como la capacidad que tenemos para resolver problemas o para crear algo nuevo que pueda generar valor. Finalmente, debemos conocer los tipos de inteligencia que hay identificados hoy en día:
- Lógica-matemática (para razonamientos lógicos y matemáticos)
- Lingüística-verbal (permite un adecuado manejo de la palabra tanto oral como escrita)
- Espacial (relacionada a lo visual)
- Corporal-cinestésica (controla y coordina los movimientos del cuerpo)
- Interpersonal (permite relacionarnos con otros)
- Intrapersonal (es la emocional, permite conectarnos con nosotros mismos)
- Musical (relacionada a la música)
- Naturalista (ayuda a comprender el entorno natural)
Ahora que sabemos un poco más sobre la inteligencia, podemos entonces analizar la situación de los niños. Anteriormente se asociaba la inteligencia lógico matemática como la referente a si un niño es inteligente o no. Pero como acabamos de mencionar, no es el único tipo de inteligencia con el que contamos. Por lo tanto, si tu hijo tiene dificultad en esa materia, ¡no significa que no sea inteligente!
Hay niños que son muy inteligentes y logran desarrollar sus capacidades en algunas áreas puntuales, pero no tanto en otras. No por ello debes tacharlos de tontos o de capacidad inferior.
Debes darle una oportunidad para desarrollar sus capacidades y demostrar en qué es bueno. Debes también comprender que la educación que tenemos actualmente está muy estructurada y lo que los niños necesitan para desarrollarse es salir de las estructuras.
Cuando encasillas a un chico dentro de una estructura, lo privas de todo lo demás, y crece según el entorno que le rodea y lo que le muestran. Algunos chicos tienen la tendencia a escapar de ello, aunque no siempre con buenos resultados.