Gorros antiTrump y vestidos de Clinton, los disfraces de la Convención Demócrata

Todo vale para presumir de pasión política y los delegados de la Convención Demócrata se han atrevido con los disfraces más estrafalarios: desde un gorro medieval con un Donald Trump cabezón hasta un vestido de gala con la mejor cara y fotografía de Hillary Clinton.

La delegada Kelly Jacobs ha traído en su maleta para la Convención Demócrata en Filadelfia seis elegantes vestidos en los que ha cosido fotografías de Clinton y que lució presumida y moviendo el trasero al ritmo de la música en los pasillos del cónclave, donde se juntan todo tipo de personajes.

Como si fuera un álbum familiar de fotos, Jacobs colecciona en sus vestidos algunas de las imágenes más entrañables de la vida de Clinton y del presidente, Barack Obama.

«Vivo en Misisipi, allí los republicanos me superan en número, así que siempre llevo mis vestidos para ayudar a Clinton. Voy a la tienda, llevando mi vestido, todo el mundo es republicano y me mira asustado, pero yo digo ‘toma en tu cara'», cuenta a Efe Jacobs, delegada que representa a Clinton en el cónclave.

Despampanante rubia platino, Jacobs deslumbra a los otros delegados con un sensacional vestido morado que deja ver los hombros y en el que las banderas del arco iris se mezclan con una foto del rostro de Clinton, en la parte delantera, y otra foto de la ex primera dama con la senadora Elizabeth Warren en la parte de atrás.

Warren, un icono del progresismo en EE.UU., era una de las opciones que Clinton barajaba para la Vicepresidencia y, aunque finalmente la exsecretaria de Estado eligió al senador Tim Kaine, la peripuesta Jacobs quería estar preparada para cualquier ocasión.

Mientras Jacobs hablaba con Efe, una joven andaba apresurada por los pasillos cuando se encontró con la delegada de Misuri y abrió los ojos sorprendida.

Pero ella no era menos. Llevaba sobre el cabello una enorme corona de flores amarillas, rosas y blancas, de la que sobresalía casi medio metro el nombre del senador Bernie Sanders, también construido con flores.

Y es que, cuando se trata de adornos políticos, la indumentaria del vecino siempre parece más estrafalaria que la propia.

Para estrambótico, el delegado Iyad Afalga que se colocó sobre la cabeza un casco medieval con un muñeco cabezón de Donald Trump, acompañado de unas escaleras, un montón de paja y un enorme cartel sobre el muro que el magnate quiere construir entre México y EE.UU. y que decía: «La pared de Trump, latinos aléjense».

«Llevo este gorro para despertar conciencias y mostrar que estamos unidos frente al odio de Trump», contó a Efe Afalga, delegado de California que tuvo la idea del gorro con su esposa, quien llevaba otro adorno parecido que imitaba una selva y que estaba destinado a concienciar sobre el maltrato animal.

Ellos no diseñaron los gorros, pero se los cedió un original artista de Miami (Florida), llamado R.M. Conteralli.

«Llevo el gorro desde hace tres horas, es muy pesado pero gracias a Dios soy calvo así que no puedo despeinarme», relata Afalga, quien dice que lo más «incómodo» es la gran cabeza del muñeco Trump que se tambalea cada vez que él se mueve y parece estar a punto de caerse en todo momento.

«En realidad espero que se caiga», dice Afalga, entre risas.

Durante semanas el matrimonio Afalga estuvo preparando sus gorros, pero otros delegados como la octogenaria delegada afroamericana Bo Floyd reciclaron las chapas, gorras y camisetas que compraron en 2008 cuando Clinton perdió las primarias demócratas frente al entonces joven senador Barack Obama.

«Sabía que ella volvería, lo guardé todo, tenía tanta fe en ella y ella tenía tanta fe en mí, ella se preocupa de mí, de mi familia, ella se preocupa por la humanidad en su totalidad», contó a Efe Bo Floyd, delegada por Birmingham (Alabama), quien llevaba otro sombrero de paja con lazos del color de la bandera estadounidense.

Pero, para ejemplo de remiendo y reciclaje, la delegada Josephine Diarulli quien apareció en la Convención Demócrata con el vestido blanco y los moños en espiral de la princesa Leia, que ya había usado para hacer honor a la saga de la Guerra de las Galaxias en la Comic-Con de San Diego la semana pasada.

«Soy la princesa Leia y Bernie Sanders es nuestra única esperanza», dijo a Efe Diarulli, en referencia a una famosa frase de las películas galácticas en la que Leia aparece en forma de oráculo a través del robot R2-D2 y dice a Obi-Wan Kenobi: «Ayúdame, Obi-Wan Kenobi. Tú eres mi única esperanza».

La cuestión es deslumbrar y nada mejor que ponerse directamente unas bombillas en el traje para destacar cuando las luces se apagan y las cámaras de televisión buscan un punto al que apuntar.

Esa ha sido la estrategia de Sanjay Patel, un representante de Bernie Sanders, que ha colocado en la parte de atrás de su chaqueta luces con el lema de Sanders «Feel the Bern», un juego de palabras con el nombre del senador y «burn», ardor, en inglés. La duda es si esas pequeñas bombillas también le hacían arder la espalda.

EFE

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