Formas más comunes de comunicación en adolescentes

Para ellos, todo se trata de vivir el presente, ser ellos mismos, compartir un espacio propio donde se propicie el encuentro y al a vez el autoconocimiento.

Confusión mental

Ese período de transición entre la niñez y la etapa adulta está lleno de altas y bajas, de conflictos internos. Los adolescentes se agrupan en base a sus formas de pensar y sentir, crean sus propios mundos. Algunos respetan las normas sociales, otros las transgreden. Las formas de comunicación se adaptan a sus respectivas vivencias.

El adolescente trata de sobresalir, todo lo sabe, o vive a plenitud la moda o la rechaza por completo. Al mismo tiempo se aísla y se muestra huraño con frecuencia. En esta etapa ocurren transformaciones biológicas y psicológicas que se unen a nuevas exigencias sociales.

Más virtual que física, la comunicación en adolescentes carece de diálogos cara a cara de calidad. Reciben más estímulos visuales y auditivos y menos afectivos. La comunicación en adolescentes no siempre es en tiempo real. A menudo, se saturan de información y muchas veces se sienten vacíos, aburridos y desconcentrados.

En la web disminuyen los códigos compartidos, la vinculación se hace a través de una pantalla y la cercanía, el tacto, el afecto, pasan a segundo plano.

El adolescente de hoy lee y escribe menos que antes. Hay que estimular el placer por la lectura y la escritura. Y ello encuentra aliados en las bibliotecas de las casas o las públicas, y en el gusto que los adultos demuestren por ello.

También los diarios íntimos, propiedad del autor y cuyo resguardo es su estricta responsabilidad, acercan al joven a la escritura a través del relato de sus propias vivencias.

Comunicación en adolescentes (virtual)

Los blogs y las redes sociales son formas comunes de comunicaciónentre adolescentes. Las pantallas de los distintos dispositivos portátiles se llenan de frases y emoticonos que plasman estados de ánimo.

Los seudónimos son otra forma de comunicarse sin exponerse a críticas, a través de conversaciones y fotos en chats o en los correos electrónicos.

Chatear en la web, jugar en línea o compartir música y videos en YouTube está de continua actualidad. Los mensajes de texto y los e-mails, aún con su propio lenguaje, pasan a segundo plano, pero las redes sociales son vitales.

• En Instagram se pueden subir fotos y videos caseros de 15 segundos de duración.
• En Twitter pueden comunicar mensajes breves, en 280 caracteres para expresar sentimientos. También colgar fotos e interactuar a través de hashtags que llegan a ser tendencia.
• Los tableros y pines de Pinterest le permiten al joven guardar lo que le interesa y organizarlos según sus preferencias.
• En Tumblr pueden mezclar fotos y videos. Esta especie de blog es una forma dinámica y entretenida de narrar situaciones con herramientas audiovisuales.
  
• Vine fue desarrollada por Twitter, pero es similar a Instagram, solo que restringe los videos a 6 segundos. Se puede compartir en Twitter o Facebook y etiquetar a los amigos.
• A Snapchat la prefieren quienes no quieren dejar rastro de sus comunicaciones. Permite enviar fotos o videos a los contactos, que se borran automáticamente después de entre 1 y 10 segundos.

Comunicación en adolescentes (en la calle)

Dependiendo de la visión del mundo que haya construido desde su entorno familiar, ese adolescente creará lugares y estilos nuevos de expresión.

• Los Pichacoes combinan coloridas formas de dibujos y escritura alfabética que difunden en espacios públicos. Buscan que el mensaje sea descifrado por miembros de otros grupos y no por la sociedad.
• Los exploradores urbanos quieren conquistar nuevos espacios. Deambulan por las calles a cualquier hora, como una manera de alejarse de casa.
• El Parkour lleva al joven a desplazarse por la ciudad con su cuerpo como única protección contra los obstáculos. Y ello en la búsqueda de su superación personal.
• Los Flashmouds o “multitud relámpago” son personas que hacen cosas inusuales, rápidamente, en lugares públicos.

La comunicación en adolescentes tiene distintas maneras de proyectarse. Puede ser positivas y limitarse al sano uso de internet y las redes sociales o derivar en acciones corporales negativas para ellos mismos y su entorno. La relación familiar hace la diferencia.