En un tono combativo desde el principio, el magnate Donald Trump captó los reflectores el jueves en el primer debate por la candidatura republicana a la presidencia, al declarar que no se comprometería a respaldar al nominado y no descartaría postularse como candidato de un tercer partido.
«No haré una promesa en este momento», afirmó. Y también se negó a disculparse por haber hecho comentarios insultantes sobre las mujeres, al decir: «El gran problema de este país es ser políticamente correcto».
Rand Paul, senador por Kentucky, desafió de inmediato a Trump en su negativa a respaldar al nominado del partido.
«Ya está cubriendo sus apuestas porque está acostumbrado a comprar a políticos», afirmó Paul.
El estilo directo de Trump es consistente con el enfoque que ha adoptado para su campaña desde que se postuló, al exhortar a electores frustrados con los políticos de carrera y dejar perplejos a sus rivales.
Llegó a este primer debate al frente de las encuestas dentro de un grupo lleno de gobernadores y senadores.
La mayoría de los candidatos en el escenario evitaron discutir directamente con Trump en los primeros momentos del debate.
AP