“Corea del Norte se ha convertido en un imponente poder nuclear con el más poderoso de los ICBM capaz de golpear cualquier parte del mundo”. Así ha celebrado la maquinaria de propaganda del régimen de Kim Jong-un el que podría ser su ensayo balístico más exitoso hasta la fecha, tras lanzar un misil de alcance intermedio que podría, según estimaciones de algunos expertos, alcanzar Alaska.
El misil alcanzó una altitud de 2.802 kilómetros y recorrió 933 kilómetros en 39 minutos, según Pyongyang. De ser cierto, la prueba supone un importante avance para el programa armamentístico del régimen, que pretende desarrollar misiles ICBM capaces de portar cabezas nucleares y alcanzar territorio de EE.UU.
El misil balístico voló a una altura «muy superior» a los 2.500 kilómetros, según el Ministerio japonés de Defensa, lo que supondría la mayor alcanzada por un proyectil norcoreano de este tipo. Tokio cree que el proyectil cayó en aguas de su Zona Económica Especial (EEZ), que se extiende a unos 200 kilómetros de las costas del archipiélago, y «continúa analizando» los detalles del misil para determinar de qué tipo se trataba.
Mientras, EE.UU afirma que se trata de un misil de “alcance intermedio” que cayó sobre el Mar de Japón y se limita a asegurar que no supuso una amenaza para territorio estadounidense.